«Soy la única mujer que dejó a Picasso, la única que no se sacrificó al monstruo sagrado. Soy la única que aún está viva para contarlo. Después de todo, mire lo que les ocurrió a las otras», declaró Françoise Gilot a la prensa australiana en una entrevista donde abrió su corazón para hablar del genio español; sin embargo, esta vez no fue como todas las anteriores.
En esta ocasión, Gilot (pareja del malagueño por casi una década) no charló sobre cubismo, sobre el talento del pintor que lo desbordaba frente a un lienzo o sobre el periodo azul. Mejor aún, decidió hablar sin miramientos:
«Si estaba de humor para fascinar, era capaz de hechizar hasta a las piedras. Pero también era muy cruel, sádico y despiadado con los demás y consigo mismo. Todo debía ser como él decía. Una estaba allí a disposición de él: él no estaba a disposición de nadie. Pablo creía que era Dios, pero no era Dios. ¡Eso lo irritaba! Fue el amor más grande de mi vida, pero había que tomar medidas para protegerse. Yo lo hice: me fui antes de terminar destruida. Las otras no lo hicieron, se aferraron al poderoso minotauro y pagaron un precio muy alto».
De la misma forma que Picasso, otros grandes genios son presentados en exposiciones, libros, remembranzas y sus obras son de dominio público, pero esconden un lado oscuro que rara vez sale a la luz. Aquí las historias poco conocidas de 4 artistas:
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Pablo Picasso
Mujeriego, egoísta, paranoico y manipulador. Detrás del genio malagueño, del hombre que encarna mejor que nadie el significado de la palabra vanguardia durante el siglo XX y de sus composiciones cubistas inconfundibles, se ocultaba un hombre que no temía pasar por encima de nadie para conseguir lo que deseaba. La mayoría de mujeres que se relacionaron sentimentalmente con Picasso vivieron un auténtico infierno, producto de los celos, el egoísmo y la capacidad de envolver en una espiral decadente a toda persona que se relacionaba afectuosamente con el autor de “Gernika” (1937). Mientras Marie-Thèrese y Jacqueline Roque se quitaron la vida después de tormentosas relaciones con el artista, Dora Maar terminó en un manicomio.
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Francisco de Goya
Después de alcanzar su punto más alto como Pintor de Cámara de la Corona Española en 1789, Goya se sumergió en un abismo a causa de una misteriosa enfermedad que fue acabando lentamente con él y al mismo tiempo, transformó su genio artístico dando como resultado un estilo más oscuro. En enero de 1793, el pintor pidió permiso a Carlos IV para ir de viaje a Andalucía con el objetivo de recuperar su salud; sin embargo, la enfermedad del autor de “La maja desnuda” (1800) le hizo perder rápidamente la audición, sumergiéndolo en un mundo de oscuridad, depresión y pesimismo.
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Jackson Pollock
Más allá del debate sobre el valor artístico del expresionismo abstracto, Jackson Pollock contribuyó con su trabajo a una sucia estrategia mediática para poner un freno al socialismo y consolidar a los Estados Unidos y su ideología como un terreno fértil para el arte, la cultura y la diversidad de pensamiento, después de la cara de censura y persecución que dejó el macartismo. En palabras de Donald Jameson, exfuncionario de la CIA: «Queríamos unir a los escritores, músicos, artistas que demostrarán que Occidente y los Estados Unidos era posible la libertad de expresión y los logros intelectuales, sin ningún tipo de barreras rígidas en cuanto a lo que se debe escribir, decir, hacer o pintar, que era lo que ocurría en la Unión Soviética. Creo que fue la división más importante que la agencia (CIA) tuvo. Jugó un papel muy importante en la Guerra Fría».
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Amedeo Modigliani
El artista italiano conoció París al mismo tiempo que a los excesos. Su carácter tormentoso le llevó a entregarse por completo a la vida bohemia, dejando distintas víctimas en el camino. La más famosa fue Jeanne Hébuterne, una joven que se enamoró perdidamente del artista y aceptó olvidar su vida burguesa y acomodada para vivir a su lado. Entre alcohol, drogas y una vida llena de excesos, el final de ambos fue trágico: ella se quitó la vida lanzándose al vacío desde un quinto piso, una semana después de la muerte de Modigliani por tuberculosis. Otras amantes del pintor también se enfrentaron a su temperamento y algunas sufrieron violencia física. En una ocasión, el autor de “Desnudo acostado” (1917) explotó en cólera contra Simone Thiroux, otra de sus amantes, a quien reclamó y ebrio de celos y de alcohol hirió lanzando un vaso de vidrio en su rostro.
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