Te compartimos un cuento de Jean Franco:
La madrugada es peligrosa, dicen que está plagada de sueños rotos que alguna vez brillaron como el oro, pero ahora están almacenadas en un baúl, basurero, el fondo de nuestra mente, cualquier depósito oscuro y triste para un sueño.
Cualquier buen soñador sabe que en la madrugada puede nacer o morir un sueño, pues la bipolaridad que trae consigo la noche no hace más que potencializar nuestras ideas al grado de no poder dormir, o crucificarlas para sentenciarlas sin remedio al olvido, a ser un sueño roto más.
La madrugada es peligrosa, los mentirosos no pueden mentir durante la madrugada, quizá es por el efecto que la ausencia de luz tiene en nuestro cerebro, quizá por cuestiones mágicas no se puede mentir.
La sinceridad florece con la llegada de la madrugada, entre más avanza el reloj en la noche más sinceros nos volvemos, por lo que es peligrosa la madrugada para amar, para hablar, para sentir.
La madrugada es peligrosa para los enamorados, pues durante la madrugada el amor no es amor, se vuelve una pasión descontrolada, animal, que sobresale junto con nuestros más bajos instintos de placer, esos castigados por la iglesia.
Sólo queremos satisfacer ese deseo de carne, de placer, de sentir a flor de piel el nuevo amor, así que la madrugada se vuelve la hora perfecta para un amante encantado con un perfume dulce.
La madrugada es peligrosa por los amantes jóvenes, el perfume de la seducción fácil y la infidelidad resultan ser como el frío invernal que recorre cada centímetro de nuestro cuerpo haciendo erizar la piel.
Sal, sudor, música y alcohol, quizá un cigarrillo o dos llenen los clubes de neón donde las mujeres bailan buscando amor, un amor que jamás encontrarán, pero que noche tras noche podrán remplazar; la madrugada remplaza el amor.
La madrugada es peligrosa, es egocéntrica, pone al filo del peligro a cualquier hombre, seduciéndolo con la ausencia de luz, con amores baratos, alcohol, sexo y frío; la madrugada es soberbia, jamás aceptará su culpa.
Para quien escribe la madrugada es una musa, para quien huye es riesgo inminente, para quien ama es descanso, para quien coge es mayor esfuerzo, para algunos inspiración, otros es heroísmo; la madrugada es todo y es nada.
La madrugada es peligrosa, la noche siempre fue cobijo para los locos, la madrugada siempre fue el mejor momento del día para un crimen, para confesar un amor o entregarnos a un amante, la madrugada fue el momento para hierba y cigarrillos.
Prepara un té o café y espera con los brazos abiertos a la madrugada, como un licántropo lo hace con la luna llena que ve salir de entre las nubes; prepárate porque la madrugada te inundará y hará de ti un ser lleno de sinceridad y salvajismo, te hará caer en trampas y te recompensará, te hará sufrir, te hará llorar y te hará amar; ten cuidado, hijo mío, porque la madrugada hará de ti lo que no eres en el día.
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