Es difícil comenzar esta carta, pero es hora de afrontar lo que durante meses he intentado ocultar, porque a pesar de que con tu amor has llegado a cambiar mi vida en mi interior, siento que algo no marcha bien.
Desde el inicio, nuestra relación siempre estuvo marcada por la prisa y es que aunque nunca te oculte las cosas, cometí el error de no haber sido completamente sincero contigo sobre lo mucho que significó y me marcó mi última relación.
Me duele reconocerlo, pero llegaste a mí en un momento en el que me encontraba perdido y me lancé a tus brazos creyendo que en ti encontraría un refugio, una especie de cura rápida para mi dolor.
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Ahora entiendo que el intentar llenar ese vacío contigo fue un error que nunca me perdonaré, porque aunque en ese momento estaba seguro de que al estar con otra persona podría olvidar y sanar más rápido, la verdad es que solo estaba cubriendo la herida con un vendaje temporal y termine dañándote.
Es duro y no te mereces esto, pero intenté usar nuestro amor para olvidar el pasado, pero conforme el tiempo fue pasando supe en vez de sanar, estaba contaminando lo que podría haber sido un hermoso comienzo entre nosotros.
Hoy he aprendido, aunque de manera dolorosa, que, aunque suene trillado, un clavo no saca a otro clavo, porque cada persona que llega a tu vida tiene un propósito y que en realidad lo que yo necesitaba era tiempo y soledad para enfrentar mis propios demonios y comprender qué es lo que realmente quiero.
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El duelo por la pérdida de una relación es un proceso necesario que debemos vivir a fondo y sin atajos, porque cada lágrima, cada noche en vela, y cada momento de tristeza nos llevan un paso más cerca de la sanación verdadera.
Esto es justo para ti, porque tú te mereces a alguien que te ame y se entregue por completo, porque eso es justo la forma en la que tú si sabes amar y yo apenas estoy aprendiendo.
Espero que encuentres en tu camino la paz y la felicidad que mereces. Este no es un adiós, sino un hasta luego, un tiempo necesario para que ambos podamos sanar y crecer. Tal vez, algún día, nuestros caminos se crucen de nuevo, más fuertes y completos.
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