Lupillo volvió a dar de qué hablar al cubrirse con rayones, literalmente, el tatuaje con el rostro de Belinda.
A veces uno hace locuras por amor… o eso fue lo que nos dijo Hércules cuando recuperó el alma de Megara para salvarle la vida. Sin embargo, existen límites, ¿cierto? Algunos no se sumergen al lago de los muertos, o renuncian a la inmortalidad por estar junto al amor de su vida, sino que se tatúan del nombre de su pareja o algo que simbolice la relación. Es muy romántico en el momento, pues lo peor viene cuando terminan con su romance y, ¿qué pasa con el tatuaje? Piensas en cubrirlo con la ropa, en taparlo con otro tatuaje, o eliminarlo cueste lo que cueste, aunque, en realidad, el precio puede ser muy caro. Así que lo mejor es que, antes de hacerte alguna marca de por vida, lo pienses dos veces.
Debes saber que no es un proceso que se realice de la noche a la mañana, existen láseres de varias sesiones para que tu cuerpo tenga tiempo de eliminar los pigmentos atomizados, por ejemplo, para un tatuaje pequeño y negro necesitas 3 sesiones en 5 o 6 meses. Uno grande puede necesitar de 15 a 20 sesiones en varios años. Los precios pueden variar dependiendo el estudio, algunos cobran la sesión en 200 euros para diseños pequeños y 600 en tapices corporales.
Son disparos muy rápidos que tienen una duración de una billonésima parte del segundo, lo que hace que se rompa la partícula de tinta más pequeña y minimiza daños en los tejidos colindantes. Antes, los colores, sobre todo rojo, azul y verde, no se eliminaban del todo, quedaban como una mancha borrosa en la piel; en la actualidad ya es posible eliminar todos a través del sistema linfático.
El láser para eliminar un tatuaje es un poco parecido a la depilación; es un ligero picotazo en el que el láser llega a la tinta. La molestia depende del umbral de dolor de cada uno pues hay casos en los que el proceso puede ser insoportable. Es importante mencionar que cuanto más cerca esté el tatuaje de los grandes vasos linfáticos, más pigmento se llevará y mucho más fácil será su eliminación. Es más fácil eliminar de cuello o pecho, que de los dedos, manos o pies.
Los tatuajes pueden ser bellísimos y la piel de quien los porta suele ser más atractiva, sin embargo, debes pensarlo dos veces antes de hacerte algo de lo que puedes arrepentirte después –el nombre de tu ex, por ejemplo– porque su precio es caro (literalmente).
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