Uno. Te maquillas y te ves fabulosa.
Dos. Sientes que el mundo es tuyo y reafirmas mil y un cosas con la simple pero enérgica ayuda de, por lo menos, un delineador y un lápiz labial.
Tres. Regresas a casa. La hora y el día es lo de menos…
Cuatro. Sabes que desmaquillarte es necesario, pero ¡qué bodrio tener que hacerlo! Tu cansancio, tu falta de tiempo y el desastre de una solución nada rápida te deprimen con sólo pensarlo.
Cinco. No lo haces o lo haces mal, por lo que ocasionas infecciones o estragos en la piel que te convierten en un monstruo.
¿Qué hacer al respecto? ¿Cuáles son tus opciones para que en un día de resaca intensa no amanezcas con un ojo del tamaño de una pelota o las mejillas llenas de escamas? Conseguir los mejores productos, visitar a tu dermatólogo y hacer un ligero esfuerzo por no irte a la cama —o en donde tengas que dormir— con el rostro pintado.
Eso y algunos consejos rápidos de emergencia:
Puedes lavar tu cara con agua fría y jabón —de preferencia neutro— para quitar las impurezas que se han adherido a tu piel. No uses agua tibia o caliente, y recuerda que esto no es la única medida, pero sí la más básica.
Carga siempre en tu bolso toallitas desmaquillantes. Éstas retiran los restos de maquillaje y el exceso de sebo en tus poros.
Si tu terror son el rímel y el delineador, unta tu dedo índice con un poco de vaselina y frota, con cuidado, el contorno de tus ojos. Esto no lo removerá por completo, pero sí suavizará su textura y así será más fácil de quitar con un papel o una toalla.
De la misma forma actúa el aceite de almendras. Una pequeña botella de éste en tu bolso te sacará de infortunios. Si estás en casa, puedes añadir a este método un paño suave para disminuir aún más las irritaciones habituales de desmaquillarse.
Si lo prefieres usa el aceite de coco para esta tarea, recuerda que éste hidrata y protege contra las arrugas a tu rostro, pero necesitas comprar uno lo menos industrializado o artificial posible.
Como último paso, masajea tu rostro con algún tónico hidratante o vuelve a lavarlo con agua fría. Necesitas refrescarte para evitar el riesgo de acné o puntos negros.
Estos seis consejos son rápidos —y hasta cierto grado naturales— y no requieren una extensa rutina o tu anclaje por horas en el baño para que tu rostro sea libre al fin. No tienes excusa para no llevarlos a cabo y son ultraurgentes si es que sufres de una piel grasa o extremadamente seca, haciéndote propensa a un conflicto a consecuencia de tu aberración —o falta de cuidado— a desmaquillarte. Para completar esta información, lee sobre cómo lucir con estilo cuando no te gusta el maquillaje ni arreglarte mucho y otras 4 tendencias de maquillaje que debes olvidar para tener un look natural.