En algún momento toda existencia llegará a su fin y es un hecho irremediable al que todos debemos acostumbrarnos. Sin embargo, aunque lo anterior se sepa, no resulta sencillo enfrentar la pérdida de un ser amado: la despedida definitiva de los padres, los hermanos, los hijos, los amigos o de una pareja es uno de los momentos más dolorosos que existen en la vida. La muerte es un momento de profunda pena para la cual, la mayoría de las veces, no se está preparado, sin embargo, eso no quiere decir que sea imposible dar la vuelta a la página y seguir adelante con tu vida. Existen consejos y acciones que te ayudarán a superar la pérdida de un ser querido de manera natural, las cuales mencionamos en estas líneas.
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Date cuenta que tu duelo debe vivirse durante el tiempo necesario. Una muerte no se asimila ni mucho menos se olvida de un día a otro: necesitarás un tiempo de reflexión, llanto y tristeza que te haga desahogar lo que estás viviendo. No debe existir ningún tipo de presión para que superes el dolor lo más pronto posible: define un periodo razonable dependiendo de tu sentir.
Hablar ayuda mucho. No temas expresar tus sentimientos con amigos o familiares cercanos al fallecido. Recordar cómo ocurrieron las cosas y contar anécdotas sobre esa persona tan especial es una excelente terapia que puede ser dolorosa al inicio pero que poco a poco puede darte buenos resultados. Negar la pérdida no ayuda, al contrario: eso te aísla en un mundo de retraimiento que te impedirá retomar pronto tu vida.
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Cuídate y cuida a los tuyos. Esto quiere decir que no permitas que el desánimo te afecte emocional y físicamente. Estarás triste, es innegable, pero a pesar de tu dolor procura seguir una buena dieta, asearte, limpiar regularmente tu casa, impedir que alguna enfermedad te ataque y proseguir con tus actividades diarias. Igualmente es importante que si ves que uno de tus familiares está sumido en una profunda depresión, lo animes, lo ayudes a sentirse mejor y lo apoyes en lo que necesite; eso también será una buena terapia para ti.
Rememora la vida de tu familiar con alegría. No sólo hables de ese ser que ya no está más a tu lado sino procura hacer lo posible por honrarlo cada que puedas: festeja su cumpleaños, haz las cosas que a él o ella le gustaban, cuenta anécdotas, todo aquello que te haga sentir cerca del fallecido sin obsesionarte con ello, claro está.
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No dudes en buscar ayuda profesional. Si sientes que pasa el tiempo y nos has sido capaz de superar la etapa de duelo, no dudes en acudir con un profesional en psicología que te ayude en tu cometido. Ella o él tendrá las herramientas adecuadas para guiarte en encontrar la paz, la aceptación y el alivio. No sientas vergüenza alguna en abrirte y expresar tus sentimientos, ya que eso te ayudará a resolver el dolor que te tiene aprisionado.
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