Las relaciones en general son complejas, no son perfectas y requieren de atención de ambas partes, confianza y valentía, sin embargo, esto se vuelve mucho más difícil de dar cuando uno de los dos padece ansiedad, todo se torna complicado, el panorama se llena de miedo y de dudas constantes. No, no quiere decir que las personas con ansiedad no puedan enamorarse o que no puedan amar, al contrario, lo hacen y, por ello, temen ser lastimados y es casi imposible que puedan controlar ese temor. Así, cuando las personas con ansiedad se sienten atraídos hacia alguien más, las dudas están a la orden del día y le dan vueltas y vueltas al “asunto” porque su mente les juega una mala pasada.
Pensar mucho la situación es lo que, en la mayoría de los casos, arruina las relaciones, pero es que esa persona no puede evitarlo, por eso es que merece a otro que la pueda entender y pueda transmitirle paz. Él o ella observa cada detalle, cada movimiento, cada palabra y cada gesto, analiza situaciones o momentos que para muchos no pueden significar nada, pero no para él porque es precisamente ahí donde ve problemas que nadie más ve, lo que lo lleva a desconfiar y paralizarse.
Él o ella desconfía de sí mismo en la mayoría de los escenarios que se presenten en su vida y el ámbito del amor, la conquista y el ligue no es la excepción, se pasma. Duda en acercarse, en hablar, en confiar, en creer y en dejarse llevar; no es el tipo de personas que toman riesgos todo el tiempo, al contrario, lo piensa y lo piensa hasta que, por supuesto, el panorama se vuelve mucho más complicado.
Sin embargo, no es del todo malo que lo haga, es señal de que ama demasiado, de que se enamora demasiado, tanto que desea que todo salga bien. Busca la manera de ver que no será lastimado si se deja llevar, que esa persona no lo va a lastimar como lo ha sido antes, que a esa persona no le va importar que tenga ansiedad.
Cada persona es un mundo; una persona con ansiedad también lo es y uno enorme, es un corazón entero que te ama tal y como eres, que ama cada parte de ti, que se preocupa por ti, que te mostrará sus lados débiles sin miedo porque espera con fuerzas que los aceptes y no los lastimes más, que los ames y que los abraces.
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