‘El Diario de la Princesa’ se estrenó hace 19 años, sin embargo, con el pasar del tiempo se ha convertido en una de las películas más significativas tanto en la carrera de Anne Hathaway como en la vida de aquella audiencia que creció viendo a las princesas con delicadeza.
Los tiempos han cambiado y aunque hay estereotipos que siguen sin desaparecer del todo, nuestra mentalidad ha ido evolucionando en cuanto a temas de interés social como lo es el papel de la mujer ante el mundo, así como a hablar de la adolescencia sin tapujos.
En este caso, sale a relucir el personaje de Mia Thermopolis, interpretado por Anne Hathaway, el papel que la acercó a la realeza de Hollywood y que le valió para posicionarse en una industria difícil y conservadora.
¿Quién es Mia Thermopolis?
Amelia Mignonette Thermopólis Renaldi, mejor conocida como Mia Thermopolis, es un personaje ficticio que nació en la imaginación de la autora Meg Cabot, en la serie de libros llamada ‘Diarios de Princesa’ que posteriormente fueron llevados a la pantalla grande en dos entregas, dirigidas por Garry Marshall.
En el cine, Anne Hathaway con aproximadamente 20 años, fue la encargada de dar vida a Mia Thermopolis, quien en la ficción contaba con solo 16 años de edad en la primera película, justamente esa edad de cambios tanto físicos como emocionales en los que ninguna película de Disney había querido indagar.
Aunque quizá, ‘El Diario de la Princesa’ no reflejó tal cual los cambios en la adolescencia como otras producciones recientes más abiertas como el caso de la película animada ‘Red’, lo cierto es que en aquel 2001, resultó llamativa la manera en la que abordó la etapa más difícil en la vida de un ser humano.
De una vida normal a la realeza
En la adolescencia todos fuimos vulnerables, Mia Thermopolis pasó de vivir en una antigua estación de bomberos con su mamá en San Francisco a enterarse que era la princesa y heredera al trono de un estado europero casi desconocido (imaginario). Un shock total que le cambió la vida con solo 16 años, ¿cómo se supone que debes de actuar a esa edad?
Mia Thermopolis lo hizo de una forma madura pero a la vez, tomó decisiones drásticas que eran fundamentales para su futuro, se mudó con su abuela, Clarisse Renaldi, para experimentar no solo cambios geográficos sino también físicos y temperamentales.
Cambios físicos
La situación más evidente y notoria en la película: cuando Mia Thermopolis está en una edad en la que se presentan más cambios físicos, acompañados de desequilibrios hormonales, resulta que tiene que dejar su antigua imagen entre chinos desenfrenados, lentes, uniceja y dientes amarillentos por convertirse en una “princesa linda y sofisticada”.
Mia Thermopolis dejó de ser “invisible” tras un cambio de imagen con el que dejó a todos en su colegio de San Francisco con la boca abierta. A eso, se sumó el hecho de deshacerse de su estilo de vestir, sus modales e incluso sus gustos, además de que tuvo que vencer diversos miedos como el pánico escénico, un gran desafío con solo 16 años de edad.
Familia disfuncional
Mia vivía con su mamá llamada Helen, de una forma tranquila, eran solo ellas dos y su gato. Y aunque su padre Phillipe, el príncipe reinante de Genovia nunca se desentendió de ella, un gran shock para la adolescente fue enterarse de la posición de su padre fallecido, lo cual significó un cambio radical en su vida: Tenía que convertirse en princesa y a la vez, todo lo que eso implicaba.
La vida de Mia Thermopolis dió un cambio de 180º tras conocer a su abuela y entender su lugar en el mundo, esa posición con la que nació sin siquiera pedirlo, su abuela era la reina de Genovia y su padre había sido príncipe de tal nación.
El primer amor
Como cualquier otra adolescente, Mia Thermopolis tuvo un amor platonico y aunque para él era ella “invisible”, para alguien más era especial, Michael, el hermano de su mejor amiga Lily, quienes la acompañaron en el proceso, un antes y después de convertirse en princesa, demostrando tener un cariño real hacia ella.
Mia Thermopolis fue la primera princesa (no animada) de Disney que mostró la vida real de una adolescente más allá de tiaras, vestidos y actitudes delicadas.