Este artículo fue originalmente publicado en 2017.
Estar a la moda, seguir una tendencia o marcar un estilo no necesariamente requiere que dispongas de mucho dinero o que hagas inversiones estratosféricas que endeuden tus cuentas bancarias. Todo es cuestión de buenas finanzas y un poco de astucia para solucionar tus looks día a día.
Sabemos que cambiar de guardarropa cada temporada o adquirir prendas nuevas exclusivamente, no es una solución, por lo menos no la única; jugar en mercados de segunda mano o intervenir tus propias piezas con el más puro espíritu del DIY son también grandes alternativas de la fashionista experimentada.
Revistas y espacios virtuales de estilo suelen invadirnos con tanta información que germinamos en nuestro interior la semilla precisa de ciertas ideas que por lo general están equivocadas. La más clara de todas ellas: esa que nos hace creer que la ropa costosa nos transmite exclusividad, porte, clase y personalidad. Y nada más equivocado. No importa qué tan caras sean las piezas de tu armario, no son ellas por sí solas las que protagonizan los escenarios a donde vas.
Claro, esto no nos salva o exime de querer lucir con tanto lujo y sofisticación como sea posible. Aun cuando tengamos muy en claro que el gasto de un guardarropa no es directamente proporcional a la calidad, el ímpetu de lucir en brazos de la opulencia y la exclusividad jamás nos abandona. Entonces, ¿qué hacer para que nuestras prendas se vean costosas? Es decir, semejen una calidad mucho mayor de la que ya tienen y no envíen el mensaje contrario a lo que deseamos transmitir.
Tailor
Para comenzar, procura que toda tu ropa esté bien fiteada. Ordena cortes, ajustes y mediciones exactas que hagan lucir cualquier cosa que vistas como un guante exacto en todo tu cuerpo.
Ley de 5 minutos
No te toma más tiempo, así que no hay pretextos. Plancha o vaporiza tu ropa antes de salir de casa; nada ayuda a mejorar tu outfit que presentarlo completamente pulcro y sin arrugas.
Destellos
Piensa cualquier accesorio de tu look en tonos dorados. Si puedes utilizar algún detalle en genuino oro, adelante; si no, no hay problema. Sólo cuida que luzcan bien estructurados y pulidos.
Piensa en un solo color
Es muy sencillo, si te sientes insegura al respecto prueba con un total White o un All in Black y verás que los resultados son excepcionales.
Estiliza
Añade cinturones o piezas que jueguen con la estructura de lo que llevas puesto. Arruga, delimita o simplemente complementa, como tú decidas. Una herramienta así de chic nunca falla.
Mantenlo pequeño
Un bolso no debe ser descomunal. De lo contrario, te verás como una maestra desquiciada por la ciudad o una compradora compulsiva de rebajas. Adquiere siempre bolsos pequeños, sin muchas aplicaciones, un tanto brillante y, pase lo que pase, limpios.
Tu cabeza
Aunque no es precisamente una prenda, tu cabello es parte elemental para un buen look. Un mal peinado o un largo descuidado derribará cualquier buen intento en los outfits que elijas; entonces, visita con frecuencia un salón de belleza y jamás permitas que se estropee tu cabellera.
Sé clásica
Sobre todo en el denim. Tus jeans deben ser, indudablemente, de lavados tradicionales y siluetas convencionales. El resto lo harás con otras prendas, no caigas en la tentación de cortes extravagantes y aplicaciones discordantes.
Pulcritud en el calzado
No importa si son sneakers, botas, tacones o los modelos que sean, nunca debes permitir que se vean sucios o tengan alguna imperfección ocasionada por malos cuidados. De lo contrario, aún siendo nuevos parecerán baratos o viejos.
Ahora, ¿cómo combatir estos problemas desde el lado opuesto? Sencillo. Teniendo bien en mente esta información, no habrá lugar para las dudas o el error, ahora, es momento de comprobar que sí funcionan.
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