En Latinoamérica, la mayoría damos por hecho que debemos bañarnos todos los días. Sin embargo, en algunos países, por algunas circunstancias culturales, climáticas o por limitaciones de agua, esto no es así, sumado a eso algunos activistas contra el cambio climático recomiendan no bañarse a diario para evitar el desperdicio de agua.
Recientemente, expertos aseguran que las duchas diarias son puramente “performativas” y no tienen ningún beneficio para la salud.
“¿Por qué nos lavamos? Principalmente, porque tenemos miedo de que alguien más nos diga que estamos oliendo”, dijo la ambientalista Donnachadh McCarthy a la BBC, quien solo se lava una vez al mes para ayudar al medio ambiente.
Dicho cambio de estilo de vida, lo aprendió cuando pasó por dos semanas en el Amazonas con el pueblo indígena Yanomami. Según explicó McCarthy a un periodista, cada dos mañanas, opta por lavarse en el fregadero, usando un paño para frotar bien su cuerpo.
Los expertos, consultados al respecto, aseguran que no hay nada de malo en actitudes como la del ambientalista y aseguran que la obsesión moderna por la limpieza en realidad puede ser peligrosa para la salud.
Julie Russak, dermatóloga de Manhattan, dijo al medio The Post que las duchas diarias y prolongadas podrían eliminar el “microbioma de la piel”, que desempeña un papel en la protección de la piel y “también es extremadamente importante en la salud general del cuerpo”.
Por su parte, el químico David Whitlock fue tan inflexible con esta práctica que no se bañó durante 12 años y únicamente optó por rociarse con bacterias buenas.
Al ser consultado, sobre cómo abordar a los críticos, dijo a Vice: “Dígale a cualquiera que se burle de usted que está traicionando una profunda ignorancia sobre el microbioma de la piel, y luego váyase”.
En 2021, investigadores de Harvard Health descubrieron que el 66% de los estadounidenses se duchan todos los días, mientras que un informe de 2005 afirma que es común que los británicos se duchen una o dos veces al día.
“Nos lavamos el cuerpo mucho más que en el pasado”, dijo al Beeb Dale Southerton, profesor de Sociología del Consumo en la Universidad de Bristol, coautor del informe. “El cambio se ha producido principalmente en los últimos 100 años y no fue planeado. De hecho, parece haber ocurrido casi por accidente”.
Sobre el debate de bañarse o no a diario, en un artículo publicado en The New York Times, asegura que “No existe un enfoque único cuando se trata de lavar la piel y el cabello” y todo depende de las necesidades de cada persona.
“La frecuencia ideal depende de tu tipo de piel y cabello, de cuánto sudas y de lo sucio que te ensucias”.