Ser tu propio jefe es, en muchas ocasiones, la mejor opción para desarrollar tus capacidades, tu talento y obtener ganancias mediante algo que te gusta, te apasiona y disfrutas, pero, como siempre, hay obstáculos que no te permiten crecer y conseguir el éxito esperado.
En la cinta “Coctel”, estelarizada por Tom Cruise, podemos ver a grandes rasgos los problemas a los que se enfrenta una persona que busca ser su propio jefe. Flanagan –Cruise– lee, toma clases de negocios e incluso busca guías para conseguir el éxito, sin embargo, no lo consigue hasta que se hace acompañar de un mentor, se coloca detrás de la barra, conoce los clientes y llega a ser el mejor bartender de la ciudad, logrando lo que no había conseguido con los libros.
En esta y otras muchas cintas se ha tocado el tema de aquéllos que buscan ser sus propios jefes, de esos seres de pensamiento extraño que, ante toda vicisitud, han conseguido romper cualquier barrera y saltar obstáculos que los catapultan a la cima. Así deberían de ser todos los que persigan un sueño de tal magnitud, las dificultades deberían ser metas que romper para lograr estabilizar un negocio.
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La desidia
“Mañana empiezo, les mando el mail después, ni es tan buena esa idea”. Te podemos asegurar que has dicho esa frase en más de una ocasión, si quieres ser tu propio jefe debes dejar la desidia a un lado, levantarte temprano y ponerte a trabajar en lo que quieres conseguir.
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No estudiar bien el mercado
Por más grande que sea ese sueño, no podrás consolidarlo si ya hay 20 iguales y no cubren las necesidades de la gente. Siempre piensa qué es lo que la gente de una determinada población requiere, delimita tu target y con ello podrás conseguir las cosas.
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Miedo al fracaso
Estás al borde del barranco, quieres saltar, crees que te va a gustar, pero al abrir los ojos te inunda el miedo terrible y decides quedarte justo donde estás. El miedo al fracaso es un obstáculo gigantesco al que muy pocos se atreven a brincar.
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La falta de apoyo institucional
Puede que existan las ganas, la disposición y la idea, pero siempre hará falta un empujón de esos que las instituciones deberían dar. Muchos proyectos de emprendedores buscan mejorar la calidad de vida de determinadas poblaciones y con los apoyos precisos, podrían expandirse.
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Querer trabajar solo
Yo puedo, no pasa nada. El individualismo quizá sea una de las razones que tomaste en cuenta para querer ser tu propio jefe, que nadie te diga que hacer; sin embargo, acercarte a las personas correctas podría ayudarte a acelerar los procesos y a comparar opiniones.
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Culpar siempre a otros
Responsabilizarte de las cosas buenas es algo que todos hacemos, pero, cuando las cosas que no nos salen bien es común decir que fue la culpa de alguien más. Cada vez que buscas emprender un negocio reconocer los errores ayudará a fortalecer las debilidades.
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Burocratización
México se caracteriza por su burocracia inmensa, trámites y trámites que terminan por llevarte a ningún lugar. Requerir un apoyo del estado o un permiso siempre puede conseguirte sólo pérdidas de tiempo, dinero y ganas.
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Caer en chismes o provocaciones
Cuando buscas hacer algo por ti o por tu negocio, siempre habrá gente hablando mal de la forma en la que están sucediendo las cosas. No prestes atención, ya que sólo retrasarán tus planes.
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Malgastar tu dinero
Si realmente lo que quieres es ser tu propio jefe, deberás tener en claro que la administración de los recursos o ingresos tendrás que hacerla tú, así que si no tienes idea de cómo hacerlo, podría ser un buen momento para aprender y estabilizar tu negocio.
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Falta de disciplina y disposición
El obstáculo más grande es la indisciplina. Los buenos hábitos como levantarte temprano, priorizar y cumplir tus responsabilidades te ayudarán a lograrlo.
Los emprendedores, creativos, freelance y todas esas personas que, como tú, buscan crearse un camino lejos de las industrias y formalidades tienen muchos obstáculos que superar, no sólo con las instituciones y la burocracia, sino con los límites que tú mismo has puesto en tu camino.