Madurez:
1. f. Condición o estado de maduro.
2. f. Período de la vida en que se ha alcanzado la plenitud vital y aún no se ha llegado a la vejez.
3. f. Buen juicio o prudencia, sensatez.
Esa es la definición de la Real Academia Española. Al leerla, nos parece clara y sin pretensiones. Entonces, ¿por qué sigue pareciéndonos una palabra rara e incómoda? Probablemente porque culturalmente, ha estado relacionada con el aburrimiento, la apatía y la seriedad. Sin embargo, según esta definición, aprendemos que se trata de una plenitud vital. Naturalmente, esta plenitud se desarrolla en muchos sentidos; en el personal, familiar, escolar, labora, espiritual y psicológico. Pero ¿y en el amor? También. Aquí la muestra de cómo una mujer madura se desarrolla en esos términos:
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Espera a tranquilizarse para hablar
Sabe que las emociones son tramposas cuando están fuera de control. Está consiente de que en un momento de furia puede decir cosas que en realidad no piensa ni siente. Prefiere esperar, alejarse unas horas, calmarse y luego volver para hablarlo.
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No da por hecho cosas que no le constan
No concluye cosas sin que tenga las pruebas suficientes para hacerlo. No crea escenarios que sólo existen en su imaginación. Sabe que es normal sentir de vez en cuando celos, pero sólo si son realmente fundados. Pregunta antes de reclamar.
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Escucha con atención y respeto
Puede estar sumamente enojada, puede tener millones de ideas en la cabeza, puede incluso tener razón. Pero sabe escuchar. Entiende que en todo conflicto hay dos partes, dos caras de ver las cosas. La suya, es sólo una versión de lo sucedido y para comprender realmente lo que pasó, necesita saber la opinión del otro. Por ello, pone toda su atención en escuchar e intentar comprender al otro.
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No manipula con llanto
Algunas mujeres son rebasadas por sus emociones, otras hacen como si lo fueran para tomar ventaja sobre ello. En medio de una situación difícil —donde ya no saben qué decir ni cómo responder— no rompen en llanto esperando que su pareja se sienta culpable de causarles tal dolor. Una mujer madura sabe que eso es un chantaje y que no está dispuesta a hacerlo.
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Entiende que los berrinches son cosa de adolescentes
Sabe que los berrinches no son un crimen, pero son cosas del pasado. Bloquear de WhatsApp o de Facebook sólo para “castigar” a su pareja por una pelea tonta, es algo que no está en sus planes. No se enorgullece de manipular exagerando la situación sólo para obtener lo que quiere.
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Sabe que no sólo ella tiene que resolver el problema
Si bien entiende que tiene que poner de su parte para resolver los conflictos, sabe que ella no es el 100 % de la relación. Comprende que para que una relación funcione, ambos tienen que esforzarse, pedir disculpas cuando se debe y también recibirlas cuando sea lo justo. Tiene en claro que no es ni la salvadora ni la heroína del cuento, como él tampoco.
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Puede reconocer que se equivocó
Aunque le cueste, sabe reconocer sus errores. Entiende que no tiene la obligación de ser perfecta, pero sí la oportunidad de mejorar la manera en la que mantiene sus relaciones. Sabe que pedir una disculpa —cuando ha cometido un error— no va contra su integridad, ni va a menoscabar su dignidad o autoestima.
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Sabe que el otro no es adivino
«No tengo nada», «tú sabrás», «dime tú», no son frases que use en su vocabulario para torturar a su pareja. Comprende que, cuando no le gusta algo, tiene que ser clara y decirlo. Sabe que sólo de esa manera puede darse una verdadera comunicación. Entiende que nadie es adivino y aunque a ella le parezca muy obvio lo que le molesta, puede que su pareja lo desconozca por completo.
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Perdona de verdad
Si está dispuesta a perdonar, lo hará de verdad. Si no, lo dejará claro y terminará la relación. Sabe que de nada sirve disculpar si lo hará sólo como un paliativo o usará el error de su pareja para un chantaje posterior. Está consciente de que tiene la libertad de perdonar o no, pero si lo hace, aceptará lo que venga con ello.
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Comprende que hay cosas que no pueden resolverse
Sabe que hay cosas que no van a poder componerse, que hay un punto en el que una relación no da para más y que así como está dispuesta a solucionar las cosas, hay puntos en los que no va a ceder; aquellos que van contra su bienestar y su felicidad. Por lo tanto, sabe que si algo no tiene remedio, es mejor no aferrarse y continuar adelante.
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“Mujer madura” es una frase que suena bastante extraña. Sobre todo cuando la madurez es entendida como soberbia o falsa humildad. Sin embargo, se trata solamente de un término con el que puede designarse a alguien que lleva sus relaciones con inteligencia y amor, que se conoce a sí misma y está dispuesta a conocer al otro.
No es una cuestión de edad, sino de actitud ante la vida, ante sí misma y ante los demás.
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Si quieres saber más sobre amor y otras emociones, no debes perderte las señales de que la persona que te pidió tiempo ya no quiere nada contigo y estas otras de que estás dejando de ser tú misma para que él te quiera.
Imágenes: Instagram