El 2 de octubre de 2016 sucedió algo insólito. La mayoría de los ciudadanos colombianos votó contra el pacto de paz en el enfrentamiento entre los cuerpos del Estado y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) a pesar de que el 29 de agosto finalmente se estableció un cese de fuego. Este hecho causó impacto en el mundo ya que pudo haber puesto fin a una guerra que ha durado más de 50 años y en vez de eso generó más incertidumbre en el alma de millones de personas.
El conflicto se puede remontar hasta el siglo XIX por las diferencias entre el partido liberal y el conservador, pero el hecho que desató la guerra como la conocemos fue cuando, en 1948, fue asesinado el candidato liberal Jorge Eliécer Gaitán. A partir de ese momento hubo enfrentamientos principalmente en áreas rurales que dejaron gran cantidad de muertos. En total, durante ese periodo murieron alrededor de 200 mil personas y fue llamado “La Violencia”. Desde entonces se dice que no hay un Colombiano que no haya sido afectado por esa guerra a baja escala.
A fines de los 50 se desarrollaron distintos grupos de autodefensa de campesinos liberales que implementaban creencias comunistas. Se dice que vivían como una comunidad aparte del Estado en una especie de “república independiente”. Su primer líder fue Manuel Marulanda Vélez y después de un ataque en 1964 fundó una guerrilla llamada Bloque Sur, nombre que dos años después cambiaría por Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia.
El enfrentamiento no sólo ha costado miles de vidas sino que, a causa de estar en una guerra incesante, aumentó la separación entre las clases sociales, incrementó la corrupción y el desarrollo del narcotráfico, además del crimen en general. Las fotografías de Jesús Abad Colorado López intentan capturar el dolor, las consecuencias del conflicto y cómo una sociedad puede estar en constante declive sin una luz de esperanza.
Sus fotografías en blanco y negro nos recuerdan la longevidad del conflicto y no parecen ser de una sola fecha específica, sino que forman parte de 50 años de sufrimiento y masacres. Para revelar cómo los individuos se convierten en meros peones, el fotógrafo nunca mostró imágenes de los líderes. Colorado suele crear una relación con sus sujetos para mostrar cierta familiaridad. Él mismo detrás de la cámara siente la pena por sus compatriotas y por su tierra, ya que también sus allegados han sufrido a causa de esta guerra.
Las imágenes de Colorado también nos hacen pensar en que no estamos tan alejados de las batallas que marcaron el siglo XX. Con sobrevivientes rodeados de sus compañeros muertos, soldados llorando sus pérdidas, niños cuidando a sus padres asesinados Colorado representa la condición humana. Todos los horrores que creímos que sólo sucedían en las guerras de medio oriente están justo aquí, en una nación hermana.
El resultado de todas las décadas de enfrentamientos han implicado aproximadamente otras 220 mil muertes por impactos de bala, violencia, tortura y bombas. La BBC menciona: “Las heridas de la guerra no se encuentran sólo en los cuerpos. Se encuentran en los paisajes y las comunidades”, haciendo referencia directamente a cómo las zonas rurales han quedado desiertas o completamente destruidas.
Y los horrores no se detienen. Como ejemplo: en El Aro, Antoquia, los paramilitares torturaron y mataron a 15 personas en la plaza principal mientras obligaban a los habitantes a presenciarlo antes de que incendiaran el lugar. Con la llegada del siglo XX y el incremento de ambos bandos del conflicto, comenzó una guerra más violenta. Se dice que el FARC se enfoca en los secuestros, los paramilitares en masacres pero todos violan los derechos humanos tanto de los habitantes de Colombia como de sus enemigos.
¿Por qué no termina? Stephen Ferry opina al respecto que “el conflicto en Colombia es distinto de otras guerras civiles en el mundo que suelen tener causas étnicas, económicas o religiosas claras” mientras que en esa zona se caracteriza por la constante desigualdad. Al crear problemas financieros y desempleo, las personas se unen a alguno de los dos grupos militares o entran en el narcotráfico.
Se dice que el referéndum tuvo una respuesta negativa porque las áreas en las que no había violencia y que están controladas por la derecha votaron por el No para que los liberales pagaran por sus crímenes. Mientras que en las áreas rurales, destruidas por los conflictos, se deseaba con toda ansia que se detuviera finalmente ese conflicto de 50 años que ha sido la sombra de la vida de miles de colombianos.
¿Qué sigue? Si no ha terminado la guerra, no existe la certeza de que seguirá detenido el enfrentamiento armado ni de que eventualmente el presidente encuentre una forma de detenerlo.
Jesús Abad Colorado López vivió de primera mano el dolor y sufrimiento de vivir huyendo y estar bajo ataque. Su conexión con las personas queda reflejada en esas fotografías. Sí, las heridas se ven en los paisajes, pero también en los rostros fijos y en los destruidos que han presenciado más horrores de lo que un humano debería mirar.
Fuente de fotografías: BBC.
Con información de BBC y El Mundo.