La memoria es selectiva; pero la fotografía es la representación pura del tiempo, de la historia, esa que no se olvida de nada, esa para quien todo es importante, pues cada evento construye y complementa las páginas de la humanidad; por esa razón la fotografía es violenta, sacude y arranca emociones, provoca sentimiento. Todas las fotografías del mundo forman un laberinto en el que la humanidad se pierde, uno en el que una pared cierra el paso sólo para dar cuenta que las imágenes de algunos momentos de la historia están abarrotadas de significados y que en ellas no hay sitios porque nada le puede ser añadido.
Hay algunas imágenes que hablan por sí solas, y aquí presentamos algunas de las más conmovedoras. Una colección de fotografías icónicas de los últimos 100 años que demuestran la angustia de la pérdida, el poder de la lealtad y el triunfo del espíritu humano.
Harold Whittles escucha por primera vez después de que un médico coloca un auricular en su oreja izquierda.
Prisioneros judíos en el momento de su liberación de un campo de internamiento "tren de la muerte", cerca del río Elba en 1945.
Un prisionero alemán de la Segunda Guerra Mundial, lanzado por la Unión Soviética, se reúne con su hijo. El niño no había visto a su padre desde que tenía un año de edad.
Un monje reza por un hombre mayor quien había muerto de repente a la espera de un tren en Shanxi Taiyuan, China.
Un perro llamado "Leao" se sienta por segundo día consecutivo en la tumba de su dueño, quien murió en los deslizamientos desastrosos cerca de Río de Janeiro el 15 de enero de 2011.
Pele y el capitán del equipo británico, Bobby Moore, se quitan la playera y abrazan como un signo de respeto mutuo en un Mundial que había sido marcado por el racismo (1970).
El sacerdote Luis Padilla da la extremaunción a un soldado herido por disparos de francotiradores durante una revuelta en Venezuela. (Héctor Rondón Lovera).
Liberación del soldado del ejército en un Pueblo de Sudán; en esta foto el hombre se encuentra en posición de firmes en víspera de la independencia de Sudán del Sur.
Las periodistas Euna Lee y Laura Ling, quien habían sido detenidas en Corea del Norte y condenadas a 12 años de trabajos forzados, se reúnen con su familia en California, después de una intervención diplomática hecha por Estados Unidos.
Robert Peraza se detiene en el nombre de su hijo frente al 9/11 Memorial durante la ceremonia del décimo aniversario, en el sitio del World Trade Center.
Retirado de la Policía de Filadelfia, el capitán Ray Lewis es arrestado por participar en las protestas de Occupy Wall Street en 2011.
El saludo Black Power de los Juegos Olímpicos de México 1968 fue una célebre señal de protesta por los derechos civiles de los negros en Estados Unidos. Tras haber finalizado la carrera de los 200 metros en esos Juegos Olímpicos, los atletas afroamericanos Tommie Smith y John Carlos, medalla de oro y de bronce, respectivamente, alzaron su puño envuelto en un guante negro mientras comenzaba a sonar el himno nacional estadounidense.
Tanto los atletas como su resultado fueron eliminados de la historia.
Golczynski, de ocho años, recibe la bandera para su padre, el soldado Marc Golczynski, quien recibió un disparo en la patrulla que viajaba durante su segunda misión en Irak (a la que él se había ofrecido) a tan sólo unas semanas de volver a casa.
Un perro se reúne con su dueño tras el tsunami que azotó a Japón en 2011.
Phyllis Siegel, de 76 años, y Connie Kopelov, de 84, ambas ciudadanas de Nueva York, se abrazan después de convertirse en la primer pareja del mismo sexo en contraer matrimonio en la oficina del Secretario de la Ciudad de Manhattan, en 2011.
Un niño rumano regala un globo en forma de corazón a un policía antidisturbios durante las protestas contra las medidas de austeridad en Bucarest.
Cristianos protegen a los musulmanes durante la oración en medio de las revueltas ocurridas en El Cairo, Egipto, durante 2011.
Un bombero da agua a un koala durante los devastadores incendios forestales ocurridos durante el Sábado Negro, en Victoria, Australia, 2009.
Una niña de cuatro meses es recatada de entre los escombros del tsunami japonés.
Helen Fisher besa el carro fúnebre que traslada el cuerpo de su primo, de 20 años de edad, el soldado Douglas Halliday, mientras él y otros seis soldados caídos desfilan por la localidad de Wootton Bassett en Inglaterra.
Terri Gurrola se reencuentra con su hija después de haber servido en Irak durante siete meses.