El 15 de noviembre del 2002, Orlando Magaña asesinó a siete personas: los cinco integrantes de la familia Narezo Loyola y Margarita Cortés y Cecilia Pacheco, sus empleadas domésticas. Esto sucedió en una colonia de la delegación Tlalpan por lo que a Magaña se le conoce como “el asesino de Tlalpan”. Conoce la historia de este multihomicida.
Parecía un día tranquilo en el que Ricardo Narezo fue a las carreras de automóviles acompañado de su padre y su amigo Pablo Quintana. Al salir de la competencia, fueron a comer a un restaurante yucateco y luego se dirigieron a su casa, a excepción del padre que se desvió para ir con amigo, de acuerdo con la versión contada por Quintana a su padre.
Cuando Ricardo y Pablo llegaron a la casa de la familia Narezo Loyola ubicada en la calle Cuitlahuác, número 168 de la colonia Toriello Guerra, en la entonces delegación Tlalpan, ya los esperaba la peor experiencia de sus vidas: dos sujetos tenían amagadas con cinta canela y cordones de las cortinas a la madre y hermana menor de Ricardo así como a las dos empleadas.
Estos sujetos eran Orlando Magaña y Jorge Esteva (o Esteban) quienes perpetrarían uno de los multi asesinatos más conocidos de los últimos años en México.
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Al llegar Ricardo y Pablo, fueron sometidos al igual que el padre de la familia Narezo Loyola, que llegó después. Pero hacía falta una integrante de la familia y cuando Magaña lo notó, fue con Ricardo hijo a buscarla. Pablo Quintana, el único sobreviviente de la masacre, relató que entonces Magaña aprovechó para sacar dinero de las tarjetas de crédito de la familia.
Cuando toda la familia, empleadas y el amigo estaban ya en casa, comenzaron los asesinatos. El primero fue Ricardo Narezo padre quien fue llevado a la planta alta de la casa donde se le dio muerte. Luego, Orlando Magaña fue subiendo uno a uno a los integrantes de la familia dejando en últimos lugares a las empleadas y el amigo.
Cuando ya sólo quedaba el amigo, ya no lo llevaron a la parte de arriba sino que lo cubrieron con un cojín y le dispararon, después lo llevaron al jardín y lo cubrieron con hojas y ramas. Entonces Orlando Magaña y su cómplice se fueron de la casa llevándose un vehículo.
Entonces Pablo salió del lugar en que lo habían dejado para constatar lo que sus oídos le permitieron presenciar horas antes: todos estaban muertos. Intentó llamar a la policía desde la casa pero no había línea telefónica por lo que salió a la calle para pedir ayuda.
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Dos semanas después, el primero de diciembre de 2002, Orlando Magaña fue detenido. Con 25 años de edad y estudios hasta la preparatoria, Magaña dejó tres pruebas que lo inculparon:
Casi un año después, el 26 de noviembre del 2003, Orlando Magaña fue sentenciado a 384 años y cuatro meses de prisión así como el pago de 253 mil pesos como reparación de daño. Fue llevado al Reclusorio Oriente donde lo vigilaban durante las 24 horas del día y no se le permitía contacto con los otros reos.
Señalado con un alto perfil criminal, el 24 de agosto de 2004 fue trasladado al penal de máxima seguridad de Puente Grande, Jalisco, donde permanece hasta la fecha. De su cómplice, nada se sabe.
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