Texto escrito por: Yoshiro Gálvez
Entre otras muchas definiciones, consideramos la historia como la compilación de los hechos de los hombres y fenómenos sociales en un determinado tiempo y espacio; desde que llegó a ser considerada como ciencia social e impartida en muchas escuelas alrededor del mundo, cobró gran importancia durante el siglo XX. A partir de entonces, la visión de la historia varía de acuerdo a quiénes la explican: los historiadores de profesión, los docentes, la sociedad en general, las ciencias sociales, etc.
Una de las funciones más importantes de la historia es la de crear una identidad al recuperar el pasado para la creación de valores compartidos y un concepto de origen común que nos unifique como miembros de una misma comunidad. Muchos gobiernos, a través de la historia, utilizaron esta función para justificar sus acciones y formar la idea más conveniente de nación entre los individuos; en el caso de México, de manera muy notoria en los gobiernos posrevolucionarios. Algunas de estas corrientes historiográficas en México, adoptadas para explicar la historia, han sido:
El positivismo
En México, el positivismo fue introducido durante el gobierno de la Reforma de Juárez, a mediados del siglo XIX, pero floreció durante el Porfiriato, siendo la ideología más importante del momento y sobreviviendo gran parte del siglo XX. Entre sus principales fundamentos se encontraba la búsqueda de la verdad y de la objetividad absoluta; mediante la recopilación de documentos, el positivismo pretendía comprobar sin dudas lo que aconteció históricamente. Sin embargo, lo que se logró con esto fueron las biografías de personajes del poder; recuentos de las batallas, los héroes y las conmemoraciones. El positivismo fue utilizado como control ideológico y los intelectuales apoyaban el orden establecido.
Materialismo histórico
Entre los principales argumentos de esta corriente, se afirma que los obreros en algún momento de la historia reconstruirán al mundo y lo dirigirán, destruirán el sistema capitalista y establecerán el sistema socialista. Para esta corriente, la historia es una de lucha de clases, de explotación, de desesperanza, etc; penetró en las academias e institutos en el siglo XX y posteriormente se llegó a conocer fuera de ellas.
Historicismo
Surgida como reacción del positivismo, considera al historiador y no los hechos, como clave en la construcción histórica. El historiador construye los hechos, los selecciona, los ordena y los interpreta. Pero reconoce que el científico social no puede resolver todas las incógnitas ni explicar los hechos históricos en su totalidad; asimismo, rechaza la historia oficial construida por la élite política de los gobiernos.
Escuela de los Annales
Apareció luego de la gran crisis económica mundial de 1929 y por ello, criticó fuertemente el ideal del progreso mundial y al sistema capitalista; rechazó totalmente al positivismo y adoptó ciertas ideas del materialismo histórico e historicismo. Con esta corriente, se creó la llamada “nueva historia”, y se definieron conceptos como la historia económica, apoyada de los números y estadísticas; la demografía y el crecimiento de la población; la historia de la cultura y el origen de la misma.
En México estas corrientes se introdujeron para la explicación de los hechos históricos del pasado y problemas actuales pero buscando una utilidad a la historia a través de su enseñanza; es decir, para velar por intereses propios. Esto no quiere decir que el estudio de la historia sea caer en las manos de la manipulación; sino que se debe preocuparse por los estudiantes, no como contenedores de conocimiento, sino como personas, para formar mexicanos críticos de su realidad.
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