Desde el punto de vista científico y a lo largo de millones de años, la especie humana —al igual que todos los seres vivos— es producto de la evolución biológica. Las evidencias de la evolución de los humanos han sido aportadas por ciencias como la genética, paleontología, la antropología y la biología molecular.
Debido a la falta de registros fósiles, la línea evolutiva del hombre se basa en la caracterización de los primates, orden de los mamíferos en los que se ubica el hombre actual. De acuerdo a la investigación científica, la especie más emparentada con el Homo sapiens es el chimpancé Pan troglodytes.
Los primates surgieron a partir de pequeños mamíferos arborícolas similares a musarañas. Su aparición en la Tierra trajo consigo características que los humanos actuales tienen, tales como manos con pulgar oponible —sí, el mismo pulgar que usas para tus chats en el teléfono—, extremidades flexibles y largas, desarrollo del cráneo y de los órganos de los sentidos, así como un menor número de descendientes.
En la línea evolutiva de los homínidos se encuentran el hombre y sus ancestros: los Australopithecus; animales, por decirlo en términos correctos si recordamos que el hombre es también un animal, bípedos —es decir, que caminan en dos pie—, ancestros inmediatos del género Homo, del cual Homo habilis es el género más antiguo y ancestro de Homo erectus.
Se tienen distintas interpretaciones posibles del linaje y origen del hombre. Una de ellas menciona que surgió de una línea paralela al hombre de Neandertal; otra es que el hombre de Cro-Magnon —Homo sapiens— remplazó al Neandertal; y en una teoría más, el Neandertal dio origen al Homo sapiens. La teoría que sostiene que el Homo sapiens u hombre de Cro-Magnon se originó por evolución del Homo erectus, es apoyada por descubrimientos fósiles y análisis moleculares recientes.
Investigación científica en el área de genética molecular permite el rastreo de DNA mitocondrial —material genético que se encuentra en las mitocondrias de las mujeres y en consecuencia se transmite sólo a través de ellas—, y sugiere que todos los seres humanos provenimos de una antecesora común conocida como Eva mitocondrial.
El resultado de la evolución de la especie humana como la conocemos hoy, proviene de la coexistencia de diferentes especies inteligentes que, por mucho tiempo, convivieron y se situaron en el mismo espacio geográfico compitiendo por los mismos recursos.
Una de las características que definieron al Homo sapiens fue el gran desarrollo de la consciencia y autoconsciencia. No se sabe cuándo apareció el comportamiento humano moderno en nuestros antepasados, aunque la mayoría de los científicos acuerda que fue hace unos 50 mil años. Evidencia de ello es que en ese entonces surgen las primeras muestras de arte prehistórico que alcanzan su máxima expresión en las pinturas rupestres francesas y españolas.
La mente humana separa a nuestra especie del resto de animales no humanos. La mente resulta notablemente interesante al estudio científico. Es algo que el mundo comprende por introspección y no por examen objetivo. Exceptuando el periodo de la primera infancia, o bien durante el sueño o la narcosis, todo ser humano es consciente de su ser como de algo distinto del ambiente y de las demás cosas. A decir verdad, la autoconsciencia resulta de la más inmediata e incontrovertible de las realidades.
Tendrán que sumarse un par de años más de investigación científica para elucidar con precisión el verdadero origen y linaje del hombre. También bastarán algunos miles de años más para poder ver hacia dónde se dirige la especie humana y encontrar que somos —fuimos— ancestros de otra especie, o bien por qué fuimos el último producto de evolución antes de llegar a nuestra extinción —producto, quizá, del modo en que se llevan las cosas en materia ambiental, social, económica, etc.—, o por qué fuimos puente para una mejor especie que sí pudo estar en un contexto más armonioso con su ambiente. Siendo muy narcisistas somos lo más perfecto y último de la creación natural.
Y tú, qué piensas, ¿somos el último producto de evolución de nuestra especie?, ¿somos la base para una mejor o distinta especie?, o ¿será que aún evolucionaremos o nos dirigimos a nuestra posible extinción?
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