John Gay: parodia de la «histeria colectiva»

Este hombre se volvería rico, lo perdería todo, haría el tipo de cosas que hace un mercadólogo «de éxito»—siglos antes de Philip Kotler—, sentaría las bases de lo que en teatro se conocería como «el musical» y, sobre todo, elevaría la parodia al lugar que por entonces le correspondería: entre la sátira más aguda y

John Gay: parodia de la «histeria colectiva»

Este hombre se volvería rico, lo perdería todo, haría el tipo de cosas que hace un mercadólogo «de éxito»—siglos antes de Philip Kotler—, sentaría las bases de lo que en teatro se conocería como «el musical» y, sobre todo, elevaría la parodia al lugar que por entonces le correspondería: entre la sátira más aguda y la «poesía» dieciochesca.

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Hace exactamente 329 años, el 30 de junio de 1685, nació uno de los sátiros con más talento de la historia. Originario de Barnstaple, en el condado de Devon, y miembro de una familia de abolengo que para entonces había venido a menos, compuesta por los cinco hijos de William y Katherine (Hanmer), John Gay estudió gramática en su ciudad natal, en una escuela gratuita, pero no asistió a la universidad, sino que al concluir sus estudios se trasladó a Londres, donde aprendió el oficio de mercader de seda, que luego consideraría una bajeza de un «servilismo» imperdonable, de acuerdo con los escritos del reputado doctor Johnson.

John gay - john gay: parodia de la «histeria colectiva»Retrato de John Gay, anónimo

Tiempo después regresó a Devon, donde obtuvo cierta educación de su tío, el reverendo John Hanmer; y luego volvió a Londres. Ahí, gracias a que, a la fecha, había publicado ya sus primeras obras —si bien de poca envergadura—, la Duquesa de Monmouth lo hizo secretario, proveyéndole de cierta estabilidad económica, tan indispensable para un escritor, entonces, como ahora.

Dueño de un temperamento afable, rápidamente logró hacerse de amigos con quienes compartió el gusto por la burla fina, la censura de la «histeria colectiva» por vía de la sátira, llena de eso que los ingleses llaman wit, que es imposible de traducir, y que refiere a lo ingenioso, agudo, astuto, y también: divertido, chistoso —con gracia. Justo lo que se necesita para poner el dedo en la llaga de los comportamientos cuasipatológicos de cualquier sociedad.

Perteneció al club Scriblerus, fundado para ejercer la sátira como crítica de la falsa «erudición» —«Martinus Scriblerus», fue el pseudónimo que usaron sus miembros—. Tanto dentro como fuera del grupo, Gay alcanzó cierto renombre, que fue opacado, no obstante, por el de Alexander Pope y Jonathan Swift, cuyas obras, verdaderos prodigios del ingenio, —por ejemplo, The Rape of the Lock (El rizo robado) y Gulliver’s Travels (Los viajes de Gulliver), entre otras— podían dejar mal parados a casi todos los escritores de la época.

El sátiro inglés, como Pope y Swift, incursionó con cierta holgura en la poesía y el teatro. Sin embargo, más que por su obra poética, se le reconoce por la fama que alcanzó —y la impresión que provocó en sus primeros espectadores, así como por el posterior influjo que tuvo en otros— con su obra The Beggar’s Opera, en 1728, cuyo título puede traducirse al español como: «La ópera del mendigo». Ésta tiene menos de ópera de lo que su nombre sugiere, pues John Gay la concibió como una anti-ópera; es decir, como una gran mofa musicalizada de la clase rica que ensalzaba la ópera italiana en la Inglaterra de inicios de mediados del siglo XVIII.

The beggars opera - john gay: parodia de la «histeria colectiva»Segunda edición de The Beggar’s Opera, John Watts [impresor], Londres: 1728 (Portada)

En su genial obra, Gay reúne lo más oscuro de la sociedad inglesa: asaltantes, estafadores, soplones y prostitutas, entre otros, y los hace que exhiban su simpleza y tosquedad con una elegancia deliciosa, afectada, digna de cualquier recatado funcionario rico, en una magnífica apología del absurdo; y al mismo tiempo, los dirige para que señalen, de manera jocosa, a aquellos a quienes parodian: los de la clase acomodada que presumen de circunspección, buen gusto y modales abigarrados, así como a los que ostentan el poder con base en meras estratagemas que ocultan conductas ilícitas.

Opera de john gay - john gay: parodia de la «histeria colectiva»«A Scene from The Beggar’s Opera» —«Una escena de The Beggar’s Opera»— William Hogarth, National Gallery of Art, Wahsington, dc. ee. uu.

Al igual que los dos grandes escritores de la «era augusta de las letras inglesas», mencionados arriba, Pope y Swift, contemporáneos y amigos suyos, Gay recurrió a la burla —del inglés mock— a fin de entretener y entretenerse, haciendo con ella, además de una parodia inteligente —satírica— de la tradición operística italiana, una poderosa crítica social de la corrupción que permeaba, como «histeria colectiva», las altas esferas de la política inglesa —en especial, la de los Whigs, encabezados por el influyente ministro Sir Robert Walpole—, que los espectadores de este drama conocían bien y a la que contribuían inopinadamente con conductas dignas de un premio a la locura.

Es precisamente esa parodia burlona y burlesca —burlesque—, con su mofa inteligente, la que quizá haya contribuido más al buen recibimiento de The Beggar’s Opera. Desde que se estrenó en 1728, la obra fue un éxito: tuvo nada menos que 62 —o 63— representaciones consecutivas en el Inn Fields Theatre de Lincoln; sus temas no sólo estuvieron por mucho tiempo en boca de la clase media alta, y del común de la gente, sino que su público numeroso benefició tanto a Gay como al director del teatro, John Rich, lo que dio pie a que se publicara una nota curiosa en The Craftsmen, el 3 de febrero de 1728, en la que se leía un juego de palabras con los apellidos de ambos: Rich —«rico»— y Gay —«alegre», «contento»—, donde se dijo que, debido a la fortuna que se recaudó, Rich estaba contento, y Gay se había vuelto rico. Lástima que hacia el final de su vida perdió todo lo que había ganado, pues nunca pudo administrar su dinero de manera eficaz.

Opera john gay - john gay: parodia de la «histeria colectiva»Segunda edición de The Beggar’s Opera, John Watts [impresor], Londres: 1728

Con la ayuda de un finísimo reparto, Gay recreó al delincuente y soplón Jonathan Wild —que fue ahorcado en 1725—, criminal famosísimo en el Londres posterior a la muerte del rey Jorge I por sus nexos con el poder, en el personaje del señor Peachum. También a Sir Robert Walpole —que sentaría las bases del cargo, aún no inventado, de «primer ministro»—, de quien se dice que aplaudió con entusiasmo durante el estreno de la obra, a vista de todos, haciendo gala de su buen humor. El pintor William Hogarth, amigo del escritor, pintó varios cuadros con escenas icónicas del estreno. Sin embargo, fue Lavinia Fenton —quizás una exprostituta— quien se llevó las palmas por su papel de Polly Peachum —enamorando a los presentes, y sobre todo, al Duque de Bolton, quien esa misma noche quedó prendado de ella y la hizo su amante—, cuya imagen circuló en los días subsecuentes, cual portada de la revista Playboy entre los admiradores de su belleza simplemente «ordinaria».

Lavinia fenton later duchess of bolton 1710 1760 by charles jervas - john gay: parodia de la «histeria colectiva»Lavinia Fenton, primera actriz que hizo el papel de Polly Peachum, de The Beggar’s Opera

Hemos reservado para el final un comentario sobre el incipiente papel de la música en The Beggar’s Opera. Johann Christoph Pepusch fue quien hizo los arreglos musicales al libreto de Gay; no obstante, estos no eran más que elementos paródicos —hechos, a propósito, a la italiana— de la ópera de tintes serios. Al escribir la letra de estas canciones —inspiradas, la mayoría de éstas, en melodías populares y algunas en composiciones de Handel—, Gay utilizó un recurso que en el Renacimiento recibió el nombre de contrafactum, que consiste en poner letras nuevas a melodías viejas para producir efectos especiales y jugar con el sentido. Así, John Gay creó un género que pronto se pondría de moda: la «ópera de baladas», precursora del moderno musical.

The beggars opera - john gay: parodia de la «histeria colectiva»grabado de The Beggar’s Opera, William Hogarth

A su muerte a la edad de 46 años, el 4 de diciembre de 1732, recibió un sentido homenaje de sus amigos y conocidos. Posteriormente, sus restos se trasladaron a Westminster Abbey, en Londres, a la famosa «Esquina de los poetas». Su epitafio se compone de dos partes. La última, que escribió Pope, comienza diciendo: «Of manners gentle, of affections mild; in wit a man; simplicity, a child» —«Gentil en los modales. De trato afable. Un hombre de ingenio. Un niño, por su simpleza»—. Y la primera parte, del propio Gay, sentencia maravillosamente: «Life is a jest; and all things show it, I thought so once; but now I know it»; que en español puede traducirse así: «La vida es una broma; y todo apunta a ello. Eso pensé un día, pero ahora lo sé».

 

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