“You either die a hero or you live long enough to see yourself become the villain”.
-Harvey Dent
[ La biografía de Benito Juárez que nadie nos contó en la escuela ]
El benemérito de las Américas, Benito Juárez, es una figura representativa de la segunda mitad del siglo XlX. Todos lo conocemos por nuestras clases de historia desde la primaria, en las que nos muestran el lado liberal y patriótico de Juárez, y que nos lo muestran cómo el héroe mexicano que estableció la nación mexicana después del periodo de transición a partir de la independencia del imperio español, separando al estado de la iglesia, creó las Leyes de Reforma, manteniendo el estado ante la invasión francesa y sobreviviendo al segundo imperio –el de Maximiliano-. Esto hace de Benito Juárez un héroe nacional, un referente de la soberanía mexicana, una idea de llegar al poder siendo un indígena, todo esto es el gran Benito Juárez.
Pero como todo gran héroe, debe existir una contra, es decir: un villano, alguien que llevase a México al estancamiento, alguien que buscare la ganancia de las minorías, dejando a las mayorías de lado. Este personaje es Porfirio Díaz, un dictador cuyo periodo duró más de 20 anos en el poder y que llevó al país a la quiebra social y económica. Un absolutista hecho y derecho que no se merece hacerle una estatua ni conmemorar su natalicio o su muerte y mucho menos traer sus restos al país por el que lucho desde los 17 años. Sí, así de injusta puede ser la interpretación de unos cuantos historiadores y hacer de un héroe un villano y viceversa.
Benito Juárez
A contrario de lo que se cree, Benito Juárez no procuró la soberanía de la nación, siempre buscó una relación cercana con Estados Unidos, podemos decir más que cercana y esto se demuestra con la firma de los tratados McLane-Ocampo, en los que se le permitía libre tránsito a los estadounidenses por el territorio mexicano y el uso de fuerza para proteger el puerto de Guaymas y el paso de nogales, así como proteger el estado de Oaxaca. Además, Juárez comenzó la dependencia económica con Estados Unidos pidiendo créditos para salvaguardar la economía nacional, y colocó a miles de terrenos como el aval de estos créditos, terrenos que fueron bien aprovechados por los estadounidenses para la producción de bienes básicos y materias primas con mano de obra mexicana. A pesar de estas medidas por parte de Juárez, éste nunca pudo darle estabilidad económica ni social al país, entre invasiones francesas y un estado que nunca se consolidó, Juárez huyó a Estados Unidos en un par de ocasiones, sosteniendo al estado a través de un gobierno “móvil”.
Juárez, como el liberal que era, creía que la democracia era el único camino para lograr la igualdad en una nación, pero durante sus 15 años de gobierno nunca ganó una elección popular, ya que tenía el pensamiento de que la democracia sólo se podía ejercer con un pueblo culto e ilustrado, y esto quedó inmortalizado con su frase:
“Tanto en los individuos como entre las naciones, el respeto al derecho ajeno es la paz”.
En la interpretación de esta frase, Benito muestra el reconocimiento esencial que tenía por la propiedad privada, es decir: Juárez, a pesar de lo que se cree y de sus orígenes, nunca priorizó la entrega de tierras a los indígenas o a los dueños, siempre buscó que las compañías norteamericanas se apoderaran de tales tierras; se las entregó a una minoría y lo único que generó fue un retroceso, a través de las haciendas, a la época feudal.
Porfirio Díaz
El horrible dictador que tuvo a México a sus pies por treinta años, valiéndose de la industrialización y de la modernización del país para hacer tal cosa. A través de estas dos últimas herramientas, el gobierno de Porfirio Díaz logró el progreso del país a través de la creación de una infraestructura social que impulsó el desarrollo de servicios básicos como el agua, luz, comunicación y transporte; estos dos últimos con la creación de las redes de teléfono y telégrafo, además de la creación de líneas de tranvías y ferrocarriles, respectivamente. Con esto se logró una fluidez comercial y monetaria en el mercado nacional y la estabilidad económica se mantuvo durante su mandato, convirtiendo a México en un mercado atractivo para inversiones extranjeras, así como para los bancos internacionales. De igual, manera se logró el pago completo de la deuda externa y el logro del primer superávit del país.
Porfirio Díaz también le dio estabilidad y estructura al estado mexicano: logró que se mantuviera el estatus de “república”, promoviendo la división de poderes y con esto la creación de un congreso y de la Suprema Corte de Justicia. También promovió la creación de la Universidad Nacional –predecesora de la UNAM- así como la creación de múltiples hospitales públicos y obras importantes para combatir el problema de inundaciones de la Ciudad de México, como la construcción del gran canal del Valle de México.
No podemos olvidar la vida militar que llevó, destacando que desde los 17 años se enroló al Ejército Mexicano, logrando importantes victorias ante el imperio de Maximiliano –mientras Juárez huía a Estados Unidos- y ante la invasión francesa en la batalla del 5 de Mayo; entregándole, por último, la Ciudad de México a Juárez.
Juárez y Díaz son dos personajes de suma importancia en la historia nacional, los dos lograron cosas importantes para el naciente estado mexicano, pero quizá uno no merece la gloria sobre la que está su nombre y el otro no merece el olvido que se le dio.