Porfirio Díaz es una de las figuras emblemáticas en la historia de México, no sólo por su trascendencia en la política o su figura como dictador, también por su estrafalaria personalidad, llena de mitos y leyendas.
Aunque Porfirio Díaz intentaba mantener en privado su vida personal, historiadores y periodistas han realizado extensas y profundas investigaciones alrededor de su figura dentro y fuera de casa, para corroborar o desmentir mitos, y en algunas ocasiones descubrir secretos profundamente guardados.
Todos sabemos que Porfirio Díaz estuvo casado dos veces; con Carmen Romero Rubio y con Delfina Ortega Díaz, el segundo apellido incrimina completamente a la primera esposa del exmandatario. Delfina Ortega Díaz nació en 1845 en Oaxaca, su padre Manuel Ortega era uno de los médicos y científicos más importantes aquella época en Oaxaca y su madre, Victoria Díaz, era ni más ni menos hermana de sangre de Porfirio Díaz.
Foto: Tres museos
Delfina era el fruto de una relación extramarital de sus padres, incluso, su padre, no la reconoció ya que en el momento de su concepción él se encontraba comprometido. Ante las inclemencias de aquella época de criar a un hijo sin padre, Victoria no tuvo más remedio que abandonarla frente a la casa de Tomás Ojeda, su padrino. Delfina fue bautizada como “hija de padres incógnitos”, Victoria volvió a acercarse a su hija y la crío junto con su madre, Petrona Díaz. Ambas mujeres realizaban las tareas domésticas, alfabetizaron a Delfina y le enseñaron costura. Lamentablemente Victoria murió cuando Delfina tenía tan solo 11 años, por lo que la niña quedó bajo la custodia de Nicolasa Díaz, su tía.
Porfirio Díaz no tenía una relación cercana con su sobrina, la conoció cuando nació y la veía cuando estaba en casa descansando de sus largos periodos en la milicia. Porfirio le escribía cartas a Delfina para relatar sus triunfos y logros en el campo de batalla, por ejemplo el del 5 de mayo de 1862. Cuando Delfina dejó su apariencia infantil, Porfirio Díaz le pidió matrimonio y ella no tuvo mayor remedio que aceptar la propuesta de casarse con su tío, 15 años mayor que ella. Para esta unión no se realizó ninguna ceremonia religiosa, únicamente civil, Díaz pagó una multa por “dispensa de sangre” para legitimar el incesto y le pidió al padre de Delfina que la reconociera como su hija ante la ley, a cambio de esto Díaz le consiguió un puesto en el Senado.
Foto: SiempreEsta unión prevaleció por trece años y tuvo como fruto ocho hijos, sin embargo, únicamente dos de ellos alcanzaron la edad adulta. Delfina fue una primera dama informada en la política pero bastante modesta y reservada. En cuestión familiar la mujer se hizo cargo de Amanda Díaz, primera hija de Porfirio, Delfina murió como consecuencia del trabajo de parto de su octava hija, quien también falleció. Antes de morir, en plena agonía, Porfirio Díaz se casó con Delfina por la iglesia, para completar los sacramentos católicos el 08 de abril de 1880.
En menos de dos años Porfirio Díaz contrajo matrimonio con Carmen Romero Rubio cuando ella tenía tan sólo 17 años. Carmen nunca tuvo hijos, pero se hizo cargo de los hijos de Porfirio como si fuesen propios, además de participar activamente en labores de beneficencia de la sociedad mexicana.
Foto: WiimexicoEn portada: Infobae