El amor a primera vista existe, los que no creen en él es porque no lo han vivido. O al menos eso aseguran las personas que se han sentido flechadas inmediatamente al ver por primera vez a alguien que les roba el aliento. Vivimos atrapados en una rutina gris y absurda, el hastío se prolonga día tras día, y a veces la esperanza de encontrar a alguien que nos saque de ese encierro es lo único que nos mueve.
En el siguiente poema de Eliot, el Yo poético divaga en ese monólogo incontrolable que sólo puede nacer en el transporte público, hasta que algo lo despierta de su divagación: la figura de una mujer que todo lo ilumina.
FUGAZ MOMENTO
El viaje diario al trabajo,
transportes públicos abarrotados,
caras largas, somnolientas,
cotidianos olores fétidos.
Gente empujando e ignorando,
vocinglero aglomerado de ratas
que sólo piensan en joder,
asco de ciudades grises.
Lluvias ácidas de improviso,
accidentes cada tres minutos,
cerdos mordiendo incautos,
nefastas ancianas abusivas.
Montañas de basura,
mujeres disolutas color neón,
marranos de escrotos amplios,
buitres en autos de lujo.
Un largo silencio incómodo
apretado entre la gente,
te veo subir al autobús,
miro tus labios violetas.
Sin querer alegraste mi día,
ver atónito cómo la luz del sol
iluminaba tu sensual figura
me dejó estupefacto.
Y en un fugaz momento, me miraste a los ojos
y me sonreíste…
**
El amor nos lleva por un recorrido de sensaciones que nos llenan el alma y nos hace creer que todo es posible, que los planetas pueden chocar y crear vida de esa colisión; creemos y sentimos, no, estamos seguros que todo inicia y termina con un beso y esos lunares que tanto amamos, si quieres escribir poemas al amor de tu vida, te compartimos 7 consejos para escribir poesía y no morir en el intento.