Cada mirada tuya
incluso la más breve
reblandece mi corazón
helado de tristezas
Por eso te busco,
infatigable,
soy ave que espera al sol
para verte, cantarte, adorarte
Silueta frágil
unión de lo humano,
lo salvaje
y lo divino
No me importa que no seas mía,
ni que nunca lo seas
me bastan tu sonrisa y tu mirada
para reír y vivir.
***
La fotografías que acompaña este poema pertenece al fotógrafo Alessia Albi, y la portada del mismo a Arina Sergei.
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