Te compartimos un poema de David Solís:
Este frío sabe de muerte
se releva con otro frío.
El calor se rechaza en sí mismo,
es la muerte que se atora en mi garganta
al pronunciarte en un recodo de tristeza
o desesperación.
Necesitarte,
morirme en tus pupilas,
morirte en mis tendones,
morirnos en la cálida ventaja
Este frío sabe a tus vocales
repartidas en mi cuello,
en el inicio de palabras vibrantes
que se festejan unas a otras:
un festín de éxtasis,
tumultos neuronales,
un festín de vida, de sabores,
pretensiones convexas
de dos y de unión.
Ven al abrazo y respira,
exhala el vacío del pecho
a desazón de la angustia.
Busca el camino
que va de mis cabellos a mis pies
Escribe con los dedos
el siempre que pregonas
sobre mis piernas.
Traduce las palabras invisibles
que hay en mi espalda,
dilas entre cortos suspiros.
Grita, mancilla
llévate mis espantos.
Construye, revienta
desvístete el corazón.
Sube, canta, danza
elévate de nuevo,
mírame.
Abre los brazos,
que escurran lágrimas
estalagmitas de cueva divina.
Cuando el frío se encrespe
las almas tendrán camino,
nos hallaremos.
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Las palabras pueden doblegar cualquier corazón frío que se niega a amar, pues “Con tus palabras me has dado amor, placer y poesía” dice un poema… lee más aquí.
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Las fotografías que acompañan al texto pertenecen a Natalie Alien.