Al estar justo en el punto en el que hablando de moda también podemos referirnos a vírgenes y santos posmodernos, que a través de su estilo atraen nuevos seguidores que intentan vivir en comunión con ellos; es necesario que nos planteemos la posibilidad de la existencia de dioses y diosas dentro del fashion. Si Beyoncé ha alcanzado el grado de una madonna y cientos de artistas como Jared Leto se han perfilado a ser los nuevos jesucristos por sus proféticas melenas, es preciso pensar que FKA twigs bien podrían postularse como diosa.
Este nombramiento no debe confundirse en ningún momento con un grado de superioridad estética, sino que su nivel de innovación difícilmente podría ser equiparado al de las imágenes que corresponden a la iconografía judeocristiana clásica. En ese sentido, la figura de twigs corresponde más a la de una diosa entre oriental y africana, que gracias a la joyería que emplea en sus outfits, elementos metálicos o de pedrería, además de plumas y flores, la llevan a reivindicarse como una de las muchas representaciones de la deidad hindú Saraswati.
Después de alcanzar la divinidad, es obvio que cualquier intento de alcanzar su esplendor será completamente en vano, no obstante, tal y como ocurre con los jesucristos o madonnas, es posible incorporar al street style algunos elementos que conforman el look de esta artista y de esta manera rendirle el culto que merece a través de un estilo inspirado en su figura y en su imponente manera de aparecer frente al mundo.
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Una apariencia dulce no siempre es sinónimo de debilidad. Cualquiera que sepa de moda te hablará de la importancia de la confianza que debe tener una persona para llevar cualquier look. Al saber modular su suave voz, FKA twigs crea a su alrededor una atmósfera de misterio que la reivindica como una figura imponente ante cualquier persona.
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En cuanto a joyería, yendo un poco más allá de los materiales con lo que está construída la indumentaria de esta artista, es necesario poner atención al cuidado con el que elige cada pieza. En algunas ocasiones muestra un estilo demasiado cargado, exageración proporcional al tipo de prendas con las que va a armar su outfit, de esta manera el exceso de dorado no es un tropezón, sino el arma secreta de un look balanceado.
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Otro asunto que caracteriza a twigs es el contraste que crea entre su piel y el maquillaje. Para esto, es necesario tener cierta noción sobre texturas y tonalidades; en la dermis de la cantante quedan perfectos los tonos oscuros de marrón y azul, no obstante, cuando opta por pasteles un buen difuminado hace más tenue el impacto de color.
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Anteriormente hemos hablado de usar el cuerpo como una extensión del outfit, sobre todo en materia de cabello. Éste tiene la capacidad de volverse un statment si se lleva por el camino correcto. El ejemplo perfecto de esto está en la comunidad negra y su característico peinado afro, aunque en el caso de la británica ese mensaje aparece de una manera más literal…
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La moda ha avanzado tanto como para que aún existan personas que le tienen miedo a las transparencias y junto con ellas, la lencería por encima del resto de las prendas. Dejar pasar esta tendencia es el único error que se relaciona con ella; no sólo se trata de una cuestión de estilo, sino también de frescura, sobre todo cuando se trata de faldas o pantalones.
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Más allá de los colores lisos que imperan en muchos de los outfits de esta cantante, están los patrones. twigs no escatima en nada cuando se trata de incorporar líneas, triángulos u otras formas provocadoras a sus atuendos. Esta apuesta por las formas caprichosas en la tela es el empujón que todo guardarropa necesita para no dar un efecto monocromático o rutinario.
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Atrevido, profético, divino, cualquiera de estos adjetivos es adecuado para referirse al estilo de FKA twigs. Sea cual fuere el que cada quien elija, seguramente lo hará en función de lo que su figura le inspira, lo cual difícilmente podrá referirse a una impresión negativa pues, en conjunción con su música, la visión que supone en sí misma, hace que esta artista sea tomada como un referente obligatorio de la moda contemporánea, o al menos eso es lo que se espera cuando hablamos de alguien que ha alcanzado la calidad de diosa.