Julian Assange es el más grande soplón de todos los tiempos, pasó a la historia como el hacker más importante del siglo XXI. Una especie de activista-espía-divulgador, que tuvo una de las ideas informáticas (e informativas) más grandiosas de todos los tiempos: filtrar información clasificada y guardada salvajemente por el gobierno de Estados Unidos. El núcleo de la nación más poderosa del mundo, que hasta hace seis años permanecía oculta rigurosamente en sus entrañas.
En noviembre del 2010, Estados Unidos quedó al descubierto, con los intestinos destapados completamente gracias a una filtración masiva de documentos del Departamento de Estado.
A mediados de ese año, la organización mediática fundada y editada por el australiano Assange, Wikileaks, dio su primera gran entrega: cientos de documentos sobre la Guerra de Afganistán y que confirmaban los abusos y violaciones consecutivas de derechos humanos orquestados por el ejército norteamericano. Meses después, el portal delató a la Guerra de Irak.
Desde entonces, el Departamento de Justicia de EUA lanzó una cacería para lograr el arresto del hacker vestido de traje y recientemente, el fiscal general, Jeff Sessions, sentenció que su arresto es prioridad para el gobierno actual: “Ya empezamos a sumar esfuerzos y sea cuando sea que el caso pueda llevarse a cabo, buscaremos poner a algunas personas en prisión”, dijo.
De acuerdo con la BBC, reportes anteriores habían sugerido que las autoridades ya preparaban cargos en su contra, pues el caso era un asunto que, de acuerdo con Sessions, había superado cualquier cosa de lo que tuviera conocimiento en cuanto a la historia de filtraciones de información en EUA. Supuestamente, ahí hay profesionales que han trabajado en la industria de la seguridad del país durante años y están “en shock” por el número de filtraciones que Assange logró sacar a la luz, muchas de las cuales son “muy serias”.
Asimismo, otros medios estadounidenses han reportado que los encargados la persecución contra Assange han estado considerando levantar cargos contra él y también contra otros miembros de Wikileaks. BBC explica que esta nueva medida representaría una separación “significativa” de las políticas de la previa administración, liderada por Barack Obama .y “cuando el Departamento de Justicia concluyó que sería difícil levantar cargos en su contra”.
Desde marzo, Trump no estaba contento con la actividad de la organización de Assange, pues liberaron información respecto a las herramientas de espionaje que usaba la Agencia Central de Inteligencia (CIA, por sus siglas en inglés) para acceder a información personal de ciudadanos alrededor del mundo. El mismo director de la CIA; Mike Pompeo, sentenció que Wikileaks era un “servicio de inteligencia hostil” patrocinado por “actores estatales” como Rusia.
Tras la publicación de los cables diplomáticos que robó un soldado norteamericano, ahora conocida como Chelsea Manning, Assange solicitó un permiso de trabajo en Suecia pero la Dirección de Migración Sueca rechazó su solicitud y días después lo acusó de abuso y acoso sexual.
En enero del 2012, mientras el ciberactivista pasaba por un proceso de extradición de Reino Unido a Suecia para ser interrogado sobre las acusaciones, el gobierno de Ecuador le concedió asilo en su embajada de Londres con el argumento de que una posible extradición de Suecia a Estados Unidos violaría todos los derechos de Assange (lo someterían, probablemente, a la pena de muerte). Ahí ha permanecido hasta el momento, aunque algunas autoridades del país latinoamericano han advertido que el momento de expulsarlo de ahí está por llegar.
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