Tras el ataque con armas químicas en Siria, que dejó un saldo de 72 muertos (entre los que se encontraban varios niños) y decenas de heridos, Rusia y Estados Unidos no han cesado de culparse entre ellos. El gobierno estadounidense asegura que las “fallas” rusas provocaron la masacre, pero el Kremlin ha negado toda culpa (tanto de ellos como del régimen sirio), además de afirmar que el ataque con misiles Tomahawk del pasado viernes en represalia contra el régimen de Bashar al Assad, es “inadmisible”.
Sea como sea, y en las vísperas de la visita a Rusia del secretario de Estado de Estados Unidos, Rex Tillerson, el Ministro de Asuntos Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov considera que las relaciones entre ambas naciones están pasando por “el peor momento desde la Guerra Fría”.
El pasado viernes, desde el Mar Mediterráneo, Estados Unidos lanzó al menos medio centenar de misiles Tomahawk a una base área de Siria, en la provincia de Homs, una respuesta al ataque con gas sarín que supuestamente fue orquestado por el régimen de al Assad, al que Rusia ha demostrado su apoyo constante.
Por esa “cercanía” con el gobierno sirio, Tillerson advirtió ayer que Rusia era responsable y culpable del ataque químico, ya que Putin ha fallado en tomar medidas más arduas para cesar el conflicto, marcar una división entre Moscú y Damasco y por no haber destruido el arsenal de armas químicas que Siria presuntamente posee.
La visita que inicia hoy tendrá el objetivo de llegar a acuerdos que logren la estabilización de la situación en Siria y para que el gobierno norteamericano presente los argumentos necesarios para persuadir a Vladimir Putin de cesar su alianza con Siria y lograr una negociación política.
Durante una entrevista con la cadena ABC, Tillerson dijo que está claro que actualmente el Kremlin es el aliado de Bashar al Assad, por lo que “deberían poder ejercer una mayor influencia en él y en sus decisiones de usar armas químicas” en contra de civiles.
La CNN explica que aunque en la pasada administración, liderada por Barack Obama, el exsecretario de Estado, John Kerry, se esforzó por lograr un cese al fuego entre el régimen sirio y los opositores, la decisión gubernamental de no tomar medidas militares retrasó el proceso y al final no llegaron a ningún acuerdo.
Es por eso que la decisión belicosa de Trump de retomar las armas podría darle una cierta “ventaja” a Tillerson durante las próximas charlas. El embajador estadounidense de Siria, Edward Djerejian dijo para la CNN que esta vez Tillerson llegará con mayores virtudes a Rusia, ya que Putin, quien “toma todas las decisiones” ya está consciente de que la administración en curso sí accederá a las medidas militares necesarias cuando piense que “ya se cruzó una línea”.
Aunque Tillerson no culpa directamente a Rusia, en referencia a que no hay evidencia para comprobar que hubo una alianza con el régimen sirio durante los ataques con gas sarín, el secretario de Estado afirmó que “claramente” el gobierno ruso ha sido “incompetente” y es probable que Siria los “haya superado en astucia”.
Pero Rusia se ha empeñado en negar toda participación y culpabilidad en el ataque, incluso ha sentenciado que el gobierno sirio tampoco tuvo nada que ver en la matanza de decenas de civiles. Por otro lado, los organismos internacionales, gobiernos, expertos en armas químicas y los opositores sirios han declarado una y otra vez que el embate tiene las “huellas digitales” del dictador sirio.
Mientras tanto, Rusia e Irán (los aliados de al Assad) se han unido para criticar la respuesta militar de Estados Unidos y ahora amenazan con tomar represalias si continúan los ataques aéreos contra Siria, además de considerar que el ataque cruzó “líneas rojas”.
María Zajarova, la portavoz de la cancillería rusa sentenció que las represalias estadounidenses no tenían “nada que ver con la política de Washington en Oriente Próximo”, que no formaban parte de una estrategia ni de un plan “sino de imponerse en una situación de una descarnada lucha política interna en Estados Unidos”.
A pesar de que las investigaciones siguen su curso, para finalmente dar con el culpable del lanzamiento de gases nocivos, el G7 demostró su negativa para aplicar sanciones a Siria y a Rusia, medidas que había solicitado el gobierno de Reino Unido.
Durante la reunión que sostuvieron hoy en Italia, los ministros de Exteriores de Francia, Alemania, Reino Unido, Italia, Estados Unidos, Canadá y Japón llegaron al acuerdo de buscar soluciones por la vía política y no militar, lo que significa que los culpables no serán sancionados y continuarán con una “carta abierta” para cometer más atrocidades en el país del Medio Oriente que se desmorona.
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