Montado en su bicicleta, el guatemalteco Carlos Marroquín ideó un proyecto ecológico y sustentable: el vehículo que usaba a diario podía transformarse en una máquina capaz de facilitar los trabajos cotidianos en las comunidades rurales.
Desde Centroamérica hasta México, las bicimáquinas han llegado a las zonas que no tienen acceso a electricidad para facilitar las tareas como desgranar, bombear agua o licuar alimentos.
LOS PEDALES MAYAS
La Asociación Maya Pedal es una ONG guatemalteca con sede en el pueblo de San Andrés Itzapa, Chimaltenango, en Guatemala, que inició sus labores desde 1997 en alianza con un grupo canadiense de la organización PEDAL. Fue hasta el 2001, tras incorporar la cultura y raíces guatemaltecas, cuando la asociación inició la manufactura de estas herramientas.
Maya Pedal invitó a Marroquin a unirse al grupo de extranjeros que sumaban esfuerzos para apoyar a las comunidades afectadas directamente por la guerrilla. Empleando la fuerza generada con el pedaleo y tomando piezas de bicicletas comunes, este grupo comenzó a armar las bicimáquinas por primera vez en esa zona.
Según su visión, el objetivo es vender sus productos a precios subvencionados para apoyar a pequeños proyectos autosustentables y preservar el medio ambiente, la salud, la productividad y la economía de las familias de áreas rurales.
RODAR PARA TRABAJAR
Construidas artesanalmente en sus talleres, utilizan bicicletas usadas, concreto, madera, y metal. Todos los materiales y piezas se acomodan de tal manera que funcionan como una máquina hecha para trabajos específicos: bici licuadora, bici molino, bici desgranadora de maíz o bici bomba de agua.
Aunque para nosotros sean tareas sencillas, estas máquinas lograron ahorrar días de trabajo: lo que antes se hacía en semanas ahora se logra en pocos días o incluso en horas. Los creadores decidieron dejarlo como un invento de código abierto (sin patente) que permite que muchas más comunidades alrededor del mundo construyan sus propios modelos.
¿POR QUÉ DECIRLE SÍ A LA BICI?
Todos los diseños y modelos responden a las necesidades específicas de las comunidades donde se usan, además de que la materia prima es fácil de hallar: cualquier bicicleta obsoleta puede reciclarse, la mayoría de las cuales provienen de sus compatriotas canadienses o de Estados Unidos.
El proyecto también busca que la producción, la promoción y la comercialización de las máquinas generen la autosustentabilidad de todos los involucrados: una herramienta agroindustrial que tenga usos campesinos pero también domésticos.
Lo más importante de todo es dejar a un lado la dependencia moderna que tienen la mayoría de empresas y comunidades de tecnologías a la electricidad, la producción de combustibles fósiles y las técnicas industriales que pocas veces traen un beneficio para el medio ambiente.
LOS MODELOS ESTRELLA
Según su página de Internet, desde que iniciaron labores, Maya Pedals ha construido mil 200 bicimáquinas tan sólo para los vecinos del pueblo, que tiene alrededor de 32 mil habitantes. Estos son algunos de los productos más populares:
Desgranadora de maíz
Se mezcla un molino con una desgranadora y el molino puede moler más de un kilo de cualquier tipo de grano por minuto, sólo requiere de una persona para su operación
Bicilicuadora
Funciona a 6 mil 400 revoluciones por minuto y puede licuar alimentos como frutas, verduras y semillas. Estos licuados o jugos se pueden vender fácilmente en espacios públicos.
Bicibomba
Bombea de 5 a 10 galones de agua por minuto en pozos de 30 metros de profundidad. En cambio, la bomba sumergible eléctrica únicamente alcanza 12 metros.
Vibradora
Mezcla cemento y arena de río para crear tejas que duran más que la lámina galvanizada.
Bicidespulpadora de Café
Funciona para quitar la cáscara de los granos de café.
Bicigenerador de Electricidad
Logra generar la electricidad suficiente para encender focos y aparatos de 8 a 12 volteos.
En Guadalajara se está implementando la construcción de estas herramientas para que faciliten el trabajo de más mexicanos en zonas rurales. Proyectos como estos dejan en claro que no se necesita estar conectado a ninguna fuente de energía para trabajar y producir.
*Fuente: Revista Anfibia, BBC, Sin Embargo.