Es responsabilidad de la sociedad girar su visión hacia un desarrollo sustentable a través de promover una conciencia sobre la importancia de adoptar a éste como un estilo de vida que se traduzca en un cambio positivo para el mundo a través de un mensaje de sustentabilidad.
Uno de los principales problemas ecológicos a nivel mundial es el uso de politereftalato de etileno (PET). México es el tercer consumidor mundial PET, sólo detrás de Estados Unidos y China, pero en consumo per cápita se encuentra en segundo lugar con el consumo de 225 botellas al año por cada mexicano. La mayor parte del PET virgen se emplea en la fabricación de recipientes para un número creciente de productos, desde botellas para aceite comestible y productos de limpieza hasta empaques para frutas y verduras, pero la mayor parte se usa en envasado de refrescos.
Ante el problema creciente del consumo desmedido del PET, Rodrigo García González, Pierre Paslier y Guillaume Couche, estudiantes de la maestría en Diseño Industrial en el Royal College of Art de Londres, crearon el primer envase de agua comestible.
Ohoo, como nombraron a su producto, es un recipiente elaborado a partir de algas pardas y cloruro de calcio e inspirado en la forma de las gotas de agua. El envase fue creado utilizando una técnica culinaria llamada ‘esferificación’ con la que el agua se mantiene en el interior del recipiente gracias a una doble membrana gelatinosa.
Pensado como un producto que podría sustituir al PET, esta doble membrana, permitirá colocar las etiquetas de identificación entre las capas sin necesidad de utilizar adhesivos ni afectar las propiedades del agua. El tamaño del recipiente puede controlarse durante el proceso de ‘embotellado’, cuando el agua está congelada.
Los creadores aseguran que cualquier persona puede crear el envase en su propia casa, incluso innovar y modificar la receta.
Ohoo promueve el uso de un envase natural, “simple, barato y biodegradable” como alternativa a las botellas de plástico.