Después de una serie de análisis en el Museo de Louvre en París, el curador Mathieiu Deldicque y el experto Bruno Mottin dedujeron que un dibujo al carboncillo que ha pertenecido por 150 años a la colección del museo es un boceto de la Mona Lisa.
El retrato de una mujer desnuda es conocido como Mona Vanna fue atribuido desde sus primeros análisis a Leonardo Da Vinci, pero hasta ahora se le considera como parte del estudio del artista para la Mona Lisa.
El dibujo está desde 1862 en la colección de arte del Renacimiento del Museo Conde, en el Palacio Chantilly, al norte de París.
La Mona Lisa, también conocida como Gioconda, fue un encargo de Francesco del Giocondo, un funcionario y mercader de Florencia, que se empeñó en tener un retrato de su esposa Lisa Gherardi. La pintura fue comprada por el rey Francisco I de Francia y a partir de entonces forma parte de las propiedades del Estado Francés.
La fama de la pintura, más allá de la técnica pictórica de Da Vinci, se atribuye a que el 21 de agosto de 1911 fue robada y desaparecida por más de dos años. Su recuperación se hizo en medio de un escándalo un 10 de diciembre de 1913, cuando atraparon a Peruggia, el ladrón, entregando una pintura a Alfredo Geri, uno de los anticuarios más afamados de Florencia. La cobertura mediática y mercadotecnica que recibió la pintura durante su ausencia del museo ayudó a que el rostro de la Gioconda se hiciera mundialmente conocido, un ícono pop. La gente iba al museo a ver el espacio vacío dejado por el cuadro.
Cuando agarraron a Peruggia dijo que el robo no fue por dinero, sino un acto patriótico pues quería devolverle a Italia lo que Napoleón le había robado. El argumento se le cayó cuando le encontraron una lista de posibles compradores estadounidenses, además de que él no era un conocedor de arte, sólo eligió la obra de Leonardo por su tamaño, que facilitó el robo.
*Foto: Getty
Entre las pruebas que los académicos del museo presentaron para la validación del dibujo, están las medidas de manos y cuerpo que son idénticos en forma y tamaño, además de unos pequeños agujeros alrededor de la figura que sugieren que fue usada para trazar su forma sobre un lienzo. Aunque hay una duda que el experto no ha podido clarificar: el sombreado de la parte superior del dibujo, que fue hecho con la mano derecha, cuando Da Vinci dibujaba con la izquierda. Los análisis sobre el dibujo seguirán con sumo cuidado por la fragilidad del papel.