El programa de armas nucleares de Corea del Norte, liderado por el “máximo líder”, Kim Jong-un, es apabullante, un titán comparado con otros “países nucleares” del mundo, con el cinismo suficiente para hacer caso omiso de las advertencias de desarme que ha hecho la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
Mientras invierte todos sus recursos, juega todas sus fichas y pone todas las cartas sobre la mesa para mantener su poderío armamentístico y militar, cientos de miles de sus habitantes se están muriendo de hambre, otra de las armas que el gobierno ha implementado para mantener su supremacía.
La pregunta por resolver es cómo es que el gobierno logra obtener y destinar tantos recursos para labores que requieren demasiado financiamiento. Pues, además de obtener dinero de la venta de carbón, también están recaudando fondos de los ciberataques y la “venta” de labores forzadas.
De acuerdo con CNN Money, la fuente económica principal depende de la producción y de la venta de millones de toneladas de carbón que hace anualmente, principalmente a China. Tan sólo en el 2015, sus ventas significaron un tercio de las exportaciones oficiales.
A pesar de que China advirtió que cesaría las importaciones norcoreanas para el resto del año, los comerciantes en ambos lados de la frontera se las amañan para omitir y esquivar las “restricciones en el negocio del carbón”, incluyendo tratos extraoficiales. Así que ninguna amenaza es lo suficientemente “posible” como para derrumbar a la industria.
En segundo lugar, Corea del Norte está obteniendo recursos de los ciberataques que comete contra los bancos y hasta ahora se ha visto involucrada en ataques a instituciones financieras en 18 países del mundo ya que para esos trucos “son muy sofisticados”. Esa actividad ilícita, junto con el tráfico de drogas y la venta de armas prohibidas lideran la lista de mayores ingresos.
Finalmente, el gobierno norcoreano ha empezado a “vender labores forzadas”. CNN explica que esto consiste en enviar a cientos de trabajadores al extranjero para que trabajen bajo condiciones forzadas en países como China, Rusia y el Medio Oriente. De acuerdo con la ONU, estas labores se enfocan en el área de la minería, la construcción y la fabricación de textiles.
A través de estas prácticas deshonestas, aunadas a una enorme red de reservas, guardadas en bancos internacionales (de China, principalmente) han logrado acuñar una fortuna y llenar sus arcas para seguir experimentado con los misiles balísticos de “largo alcance” hasta dar con el enemigo. En septiembre del año pasado, llevaron a cabo un ensayo nuclear que le mereció sanciones internacionales.
Mientras tanto, el ministerio de defensa de Corea del Sur y la milicia norteamericana informaron ayer que Corea del Norte había lanzado otro misil balístico a aguas niponas, en vísperas de la reunión que sostendrán hoy en Florida el mandatario de Estados Unidos, Donald Trump y el de China, Xi Jinping. Ambos gobiernos tomaron el lanzamiento como un nuevo desafío.
También en las vísperas del encuentro histórico, Trump aseguró que si Corea del Norte fallaba en auxiliarles para hacerle frente a Corea del Sur y obligarlos a cesar su programa de armas nucleares, ellos lo tendrían que hacer solos. Sin embargo, durante la entrevista con Finantial Times, el mandatario se negó a revelar las estrategias que tomarían.
“No les voy a decir, ya saben, yo no soy el Estados Unidos del pasado donde les decíamos dónde íbamos a atacar en el Medio Oriente”, sentenció. Y ahora, durante el encuentro entre las dos potencias mundiales, tendrán que definir cómo lograrán a una nación que no cesa de lanzar misiles, una amenaza latente contra EUA.
De acuerdo con El Financiero, para EUA, China es el principal apoyo económico y diplomático de Corea del Norte, “por lo que tiene la potencia necesaria para hacer entrar a su vecino en razón” y obligarlo a que diga adiós a las armas, mientras que China niega tener tal influencia y afirma oponerse a las sanciones que afectan a la población norcoreana.
Sea como sea, para el gobierno chino el debilitamiento del régimen de Kim Jong-un “provocaría una afluencia de refugiados y permitiría al ejército estadounidense, ya presente en Corea del Sur, instalarse en la frontera china”.
Hasta hoy por la tarde sabremos las resoluciones a las que lleguen ambos líderes, pero lo que sí resulta urgente, no importa si es orquestado por EUA, por China o por ambas naciones, es un plan para que Corea del Norte deje de ser una amenaza no sólo para sus “enemigos” sino para toda la humanidad, ya que cualquier paso en falso podría representar el inicio de una guerra mundial.
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