El fotógrafo taiwanés Sheng Wen Lo realizó un proyecto titulado “White Bear” (Oso blanco), en el cual decidió fotografiar a osos polares que viven en cautiverio para tratar de hacer reflexionar a las personas sobre las condiciones en las que estos animales se desarrollan, totalmente alejados de su medio natural. ¿Vale la pena tenerlos en esas condiciones con el único pretexto de entretener a los seres humanos?
Los osos polares son nativos de una región que se encuentra en su mayor parte dentro del Círculo Polar Ártico, por lo que sus cuerpos están perfectamente adaptados a la sobrevivencia en condiciones de frío extremo.
El mar es su principal fuente de alimento, son nadadores naturales que son capaces de recorrer hasta 60 millas a mar abierto sin parar para descansar.
“Esta serie no tiene que ver con los osos polares”, aclara el fotógrafo Sheng Wen Lo, aunque el título de su serie fotográfica hace una clara referencia a ellos y son esos animales los protagonistas de sus imágenes. “Tengo curiosidad por las relaciones hombre-animal y las examino más científicamente”.
La intención de estas fotografías, aclara el artista, es reflexionar sobre la controversia de mantener en cautiverio a los animales salvajes y para lograr su objetivo viajó a 16 lugares en Europa y 10 lugares de China; zoológicos, acuarios, safaris de vida silvestre y hasta un centro comercial fueron los escenarios en los que logró fotografiar a los osos polares en cautiverio.
Muchos de estos animales nacen en cautiverios y nunca han encontrado su alimento básico: leones marinos, aunque en sus hábitats artificiales están hechos con plástico, junto a los icebergs y otros accesorios artificiales, situación por la que el fotógrafo se hace la pregunta de si esos objetos son para hacer de esos recintos un hogar o para hacer una mejor escenografía para el disfrute de los humanos.
Con la serie fotográfica “White Bear”, la cual se exhibirá en el Festival Format, el cual se llevará a cabo del 23 de marzo al 8 de mayo en la Galería Déda, del Reino Unido, la intención es animar a la gente a reflexionar sobre cómo nuestros propios deseos influyen directa e indirectamente en el destino de algunos animales.
“Parece natural que nos guste ver a los animales exóticos moviéndose en vivo, pero satisfacer este deseo tiene un costo”, concluye Sheng Wen Lo.
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