Sales de tu casa, tranquilo, como lo haces todos los días para dirigirte a la escuela o el trabajo. En el camino vas pensando en las actividades pendientes y, por qué no, en lo que vas a hacer cuando termines tus compromisos. Tal vez salir al cine con tu pareja, ir a tomar algo con tus amigos o simplemente recostarte en tu cama para ver un par de capítulos de tu serie favorita.
Pero todos esos planes se vienen abajo cuando se tiene un encuentro inesperado con la naturaleza que puede terminar de forma trágica, incluso con la muerte. ¿Te imaginas que una tranquila mañana seas devorado por una gigantesca serpiente?
Esto no se trata de algo que escribió algún autor de ficción o el guionista de algún programa de televisión que se encarga de imaginar formas extrañas de morir. Fue el trágico destino de Akbar Salubiro, un joven de 25 años que estuvo desaparecido durante un día hasta que sus vecinos lo encontraron dentro de una serpiente constrictora de siete metros de largo.
El incidente ocurrió en la isla de Sulawesi, en Indonesia, cuando Salubiro salió el domingo 26 de marzo por la mañana a trabajar en su plantío de palma, pero no regresó. La desaparición del joven provocó alerta en sus vecinos, quienes al día siguiente, el lunes 27 de marzo, se organizaron para realizar una búsqueda extenuante.
Recorrieron todos los rincones de la isla, gritaban su nombre esperando una respuesta, pero todo fue en vano, hasta que observaron a una gigantesca serpiente pitón que se encontraba inmóvil y alojaba un gran bulto en su interior, señal inequívoca de que el animal se había alimentado recientemente.“La gente había escuchado gritos desde el plantío la noche previa al hallazgo de Akbar”, contó un testigo de los hechos a la prensa local, según reporta el diario británico Daily Mail. “Cuando la serpiente fue capturada, las botas de Akbar eran claramente visibles en su estómago”.
Los vecinos que realizaron la búsqueda decidieron abrir con un cuchillo al animal y confirmaron sus sospechas: Akbar Salubiro fue devorado por la serpiente. Lastimosamente, el terrible hallazgo ocurrió demasiado tarde, pues el joven de 25 años se encontraba sin vida.
Las serpientes constrictoras, como los pitones, sofocan a sus presas utilizando la fuerza de su cuerpo hasta cortar la circulación sanguínea y la respiración; una vez que su víctima queda inmóvil y sin fuerzas para oponer resistencia, las devoran poco a poco y en una sola pieza, debido a que no cuentan con la dentadura necesaria para trozar sus alimentos.La digestión ocurre gracias a los ácidos gástricos y a la fuerza muscular de las serpientes, que contraen su cuerpo hasta que, poco a poco, su alimento se va desintegrando en su interior.
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