La “moderna” Ciudad de México, capital del país que se abanderó con el emblema de ser un territorio de vanguardia, encontró una de sus más grandes debilidades en un fenómeno natural que no se puede evitar: ocurre cada año y con el paso del tiempo deja más daños en las calles, avenidas y colonias del ex Distrito Federal.
Graves encharcamientos e inundaciones hacen que las vialidades colapsen; en zonas habitacionales, las aguas negras se meten a los hogares, echan a perder muebles y electrodomésticos, además de causar daños en las construcciones. También el transporte público se ve afectado, como ya lo vimos en el metro, donde las “cascadas” interrumpieron el servicio en las estaciones Cuatro Caminos y Panteones, de la Línea 2, así como un corto circuito en nueve estaciones de la Línea 7.
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Pero no todo está perdido. El gobierno de la Ciudad de México, encabezado por el jefe de Gobierno Miguel Ángel Mancera, comenzó a implementar tres inventos con los cuales las afectaciones pluviales no han sido aún más catastróficas.
1. Sistema de Alertas para antes de la tormenta
La mejor forma para evitar desastres es estar prevenido. Con esa premisa, la delegación Iztapalapa creó un sistema de alertas con el apoyo de los datos que día tras día brindan el Servicio Meteorológico Nacional, la NASA y la Comisión Nacional del Agua.
El sistema tiene cinco alertas, cada una con un tiempo de anticipación diferente para que los habitantes de esa población puedan tomar las medidas pertinentes y evitar que el agua de la lluvia se meta a sus hogares y cause daños irreparables.
“La primera alerta es azul que prevé lluvia en 12 horas. En ese momento, la delegación se asegura de tener equipo y brigadas listas y a la población se le pide retirar la basura de sus calles”, explicó en entrevista para Animal Político Eduardo Pérez-Ortiz, director de Protección Civil de Iztapalapa. “La alerta verde se emite tres horas antes de la lluvia y se prepara el personal de los cárcamos. La amarilla se activa una hora antes y pide a la población estar al pendiente”.
Según los datos de Pérez-Ortiz, este sistema ya redujo un 40 por ciento los daños provocados por lluvias y le ahorró a la capital del país cerca de 13 millones de pesos, tan sólo en la primera inundación que se registró en Iztapalapa.
2. Sistema Tlaloque para beberse la lluvia
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Este invento llegó gracias al ingenio de Enrique Lomnitz, un mexicano que egresó de la Escuela de Diseño de Rhode Island, en Estados Unidos, y regresó a nuestro país para desarrollar un sistema que almacena el agua de lluvia y la purifica para que sea apta para el consumo humano.
Funciona gracias a un filtro de acero y un separador autolimpiable de aguas. “Tlaloque”, que adoptó ese nombre en honor a Tláloc, el dios de la lluvia, logra eliminar entre un 60 y 80 por ciento de los contaminantes antes de que se almacene en las cisternas de los hogares capitalinos.
Posteriormente, el agua es almacenada por un sistema de desinfección y potabilización para que pueda ser bebida sin riesgo de contraer enfermedades. Actualmente la Ciudad de México ya cuenta con 300 sistemas Tlaloque instalados en las delegaciones Tláhuac, Xochimilco, Milpa Alta, Magdalena Contreras, Iztapalapa y Cuajimalpa.
3. Costales para absorber el agua
Cuando la lluvia es intensa y la inundación no se pudo evitar ni con la garra y el rastrillo que el gobierno de Mancera le entregó a sus policías para sacar la basura de las coladeras. Una alternativa para absorber el agua y permitir que la gente pueda entrar a sus domicilios sin dificultades es el uso de costales de hidrogel.
Este material es muy similar al relleno de los pañales. Se activa cuando entra en contacto con el agua y puede absorber charcos o servir como una barrera que impida que el agua entre a un hogar.
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