Violaciones durante su hospitalización, el uso de esposas mientras están en labor de parto y sufrir atención prenatal inadecuada, estos son algunos de los tormentos que deben soportar las mujeres que viven un embarazo en las cárceles de Brasil. A través de un estudio realizado por la fundación Fiocruz: Fundaçao Oswaldo Cruz llamado “Nacido en prisiones: embarazo y el parto tras las rejas de Brasil”, se describió por primera vez el perfil de la población femenina que viven con sus hijos en las cárceles cariocas.
La investigación reveló que más de un tercio de las mujeres presas embarazadas reportaron el uso de grilletes durante su hospitalización al momento del parto, el 83 por ciento dijo tener más de un hijo viviendo con ella en la cárcel, el 55 por ciento aseguró no tener la atención prenatal adecuada, mientras que el 33 por ciento no tuvo exámenes clínicos y el 4.6 por ciento indicó que sus hijos nacieron con sífilis congénita.
Durante la investigación se grabó un video con testimonios anónimos de las mujeres presas. Este análisis se realizó a partir de una serie de casos de un censo nacional, el cual recoge información de prisioneras y organizaciones entre agosto de 2012 hasta enero del 2014. De acuerdo con la encuesta, el 31 por ciento de las mujeres encarceladas son jefas de familia. Se entrevistó a 241 madres y 200 embarazadas, el 45 por ciento indicó ser menor a 25 años, el 53 por ciento mencionó tener como máximo una educación básica y el 83 por ciento dijo tener más de un hijo.
Durante las entrevistas, un 36 por ciento lamentó que la atención prenatal fue inadecuada, mientras que un 15 por ciento reportó haber experimentado algún tipo de violencia verbal, psicológica o física. Por su parte, Maria Do Carmo Leal, investigadora de la Escuela Nacional de Salud Pública de Fiocruz dijo que visitaron a prisioneras en la capital y otras regiones de Brasil que quedaron embarazadas y otras que ya son madres. Encontraron que los centros de readaptación social ofrecían un bajo apoyo a las mujeres y que a menudo se usaban esposas durante el alumbramiento.
Entre las principales razones que llevaron a estas mujeres a la cárcel se encuentran delitos relacionados por el tráfico de drogas y delitos contra la propiedad, como el robo y la estafa. En Brasil se estima que entre 2005 al 2014 aumentó un 118 por ciento la población de mujeres reclusas por estos delitos.
En ese país, cuando una prisionera está a punto de dar a luz es transferida a un hospital público para llevar acabo la labor de parto, después vuelven a la misma unidad donde están pagando su deuda con la sociedad.
Allí pueden permanecer con sus hijos durante un período de seis meses a seis años, después de este lapso de tiempo los menores pueden ser entregados a la familia paterna o materna, o en su defecto, son puestos en adopción.
En Brasil, la ley que permite el uso de grilletes durante la labor de parto fue firmada por el propio presidente Michel Temer desde el pasado 12 de abril. Así es la vida entre barrotes para una mujer, que tiene que sobrevivir a una doble condena.
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