Durante el fin de semana, la agencia de noticias AP accedió y difundió el borrador de una propuesta del gobierno norteamericano, donde se planeaba movilizar a 100 mil tropas de la Guardia Nacional destinadas exclusivamente a la deportación de la población inmigrante indocumentada.
De inmediato, el gobierno rechazó las aseveraciones, aunque reconoció que se trataba de un “proyecto de memorando”, documento que no podía ser clasificado como definitivo ni absoluto. Sea como sea, el proyecto data del 25 de enero, el mismo día en el que Trump firmó la orden ejecutiva que avalaba la deportación y las nuevas medidas migratorias a implementar a lo largo de la frontera.
Aunque no se llegue a poner en práctica, en sí los planes redactados resultan alarmantes: Se le otorga a los miembros de la Guardia Nacional el poder de ejecutar las acciones que le corresponden a los agentes migratorios para investigar y detener a los poco más de 11 millones de “forasteros” que ahora están en peligro de ser expulsados.
Esta mañana, la BBC reveló que Donald Trump, finalmente, publicó los nuevos estatutos que oficialmente entrarán en vigor para deportar a los millones de inmigrantes. Para empezar la prioridad del gobierno será perseguir a los indocumentados que tengan antecedentes criminales, por considerarlos una “amenaza”(principalmente por el secretario de Seguridad Nacional, John Kelly) o que no hayan abusado de su sistema de beneficios.
A pesar de que ninguno de los indocumentados que actualmente residen en el país podrán esquivar el nuevo protocolo, mantuvo las protecciones que Barack Obama implementó durante su mandato y que protegen a los “dreamers” (soñadores), los inmigrantes que ingresaron a territorio norteamericano siendo menores de edad.
En el 2012, el exmandatario norteamericano emitió el Programa de Acción Diferida (DACA) para evitar que alrededor de 750 mil jóvenes fueran expulsados, que obtuvieran un permiso de trabajo y una licencia para conducir. A pesar de sus intenciones de echarlo abajo, Trump declaró para la prensa local que es uno de los temas más difíciles de su recién arrancada administración, pues él “ama a esos chicos”, algunos de los cuales son “totalmente increíbles”.
De acuerdo a El País, las nuevas medidas de deportación incluyen el reclutamiento de 15 mil agentes destinados exclusivamente a esas labores migratorias, además de las expulsiones “inmediatas”, la deportación de todos los mexicanos que se vean sorprendidos en la frontera intentando ingresar a territorio norteamericano y la persecución penal de los padres que lleven a sus hijos consigo durante el éxodo.
Uno de los aspectos que más preocupa son las deportaciones inmediatas, ya que hasta ahora sólo se aplica a los inmigrantes ilegales que lleven menos de dos semanas en Estados Unidos y que estuvieran a menos de 160 kilómetros de la frontera.
Sin embargo, todavía no se dicta una orden definitiva que incluya o rechace todas las versiones que hasta ahora han sido difundidas, entre borradores y versiones oficiales y extraoficiales. Todo sea por cumplir una de sus más grandes promesas de campaña: Regresar a los “criminales” a donde pertenecen, evitar que sigan “robando” empleos a los ciudadanos norteamericanos y por supuesto, hacer que “América sea grandiosa otra vez”.
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