Paul Cézanne, el padre de la pintura moderna, desconfiaba de los críticos, tenía pocos amigos y, hasta 1895, expuso sólo de forma ocasional. Fue, según algunos críticos, el “pintor de pintores” que la crítica y el público ignoraban; pero, aun ante todo esto, su trabajo fue apreciado por algunos impresionistas y, al final de su vida, por la nueva generación.
Sus obras establecieron las bases de la transición entre la concepción artística decimonónica hacia el mundo artístico del siglo XX, nuevo y radicalmente diferente. Los óleos de juegos de cartas, retratos penetrantes, escenas de baño y paisajes provenzales definen el trabajo de Paul Cézanne (1839-1906). Pero sus dibujos más tardíos, en acuarela, son mucho menos conocidos, más no menos “sensoriales”.
Las acuarelas del postimpresionista francés, procedentes de la colección privada del estadunidense Henry Pearlman, se muestran por primera vez juntas en Europa con la exposición Cézanne y la modernidad. A partir de mañana y hasta el 22 de junio, éstas podrán verse en el museo Ashmolean de Oxford.
En total, 50 pinturas, entre ellas de otros famosos impresionistas y postimpresionistas, prestadas por el Princeton University Art Museum de Nueva Jersey. Porteriormente, la muestra viajará al Musée Granet de Aix-en-Provence, donde nació Cézanne.
Una de las salas de la exposición está dedicada a las acuarelas de Cézanne, a las que el artista daba poca importancia. Entre ellas figuran la naturaleza muerta Peras (1890), por la que se pelearon Renoir y Degas y que finalmente fue para este último.
Cézanne logró como ningún otro artista de su tiempo capturar la luminosidad de su tierra natal a través de sus acuarelas. Algo que queda patente en sus habituales representaciones del Monte Victoria, plasmado en 11 óleos y numerosas acuarelas. Paisajes, bosques, fuentes y edificios relucen en sus pinturas como si de joyas se tratara. “El efecto resplandeciente de su inconsistente trazado es extremadamente provocador”.
La colección Pearlman está considerada una de las más valiosas y mejor conservadas colecciones privadas del mundo. “Es una colección de primer nivel de obras de primer nivel”, sostiene Colin Harrison, comisario de la muestra.