Fue un 2 de Mayo de 2011 cuando el planeta celebró la muerte de un ser que provocó miedo y lágrimas.
Osama bin Laden, líder del grupo terrorista Al Qaeda y el principal autor de los atentados a las Torres Gemelas el 11 de septiembre de 2001, había sido encontrado y abatido por un comando de élite llamado Navy Seals que estaba compuesto por 24 elementos.
El gobierno norteamericano aseguró tener pruebas de ADN que confirmaban que el cadáver era el del terrorista, ya que el cuerpo había sido presuntamente arrojado al mar.
Se sabe que Bin Laden era el objetivo primordial de Estados Unidos, quien llegó a ofrecer la suma de 50 millones de dólares por información que pudieran llevar a su captura o muerte.
Seis años después de su deceso, la operación contra Bin Laden ha desatado cientos de versiones de personas que no fueron convencidas por las versiones oficiales.
Comentarios como los de la hija de Bin Laden son los que han hecho tambalear la versión oficial, pues aseguró que su padre fue capturado vivo y ejecutado por los soldados norteamericanos, versión que fue confirmada en un artículo publicado por la revista The New Yorker.
También se sabe que el cadáver de Bin Laden fue retirado por los norteamericanos. El ejército paquistaní que accedió al recinto una hora después del ataque estadounidense encontró a 16 personas maniatadas con marcas de tortura junto a cuatro cadáveres acribillados.
Pese a toda la especulación, salió a la luz un elemento clave que podría cambiar el rumbo de esa historia: Robert James O´Neill, un ex Navy Seal que se atribuye haber matado al entonces líder de Al Qaeda. El estadounidense de 41 años acaba de publicar un libro en que detalla cómo disparó los tiros que abatieron al que era el enemigo número uno de Estados Unidos.
El hombre que actualmente cobra por pronunciar discursos y es analista de seguridad de la cadena Fox News decidió revelar su identidad en noviembre de 2014 tras asegurar sentirse abandonado por el Gobierno estadounidense y sufrir problemas económicos.
Con esa acción O´Neill no sólo reveló a sus enemigos su identidad, también rompió el código no escrito de silencio que habían acordado los 24 soldados de élite que entraron al infierno para sacar a uno de los demonios de Estados Unidos.
El exmilitar desde entonces ha sido objeto de críticas de sus excompañeros y del Pentágono. Él defendió que actuó en honor a las cerca de tres mil víctimas de los atentados del 11-S.
“Siento un gran orgullo de haber ayudado a las familias del 11-S en su proceso de curación”, dijo O’Neill a Fox News.
Pero revelar asuntos confidenciales en busca de la fama y dinero no es la mejor opción y eso lo sabe Matt Bissonnette, personaje que también participó en la misión del equipo de los Navy Seal.
Aunque O’Neill fue el primero en salir intencionadamente del anonimato en 2014, Bissonnette publicó un libro dos años antes. Con el seudónimo de “Mark Owen”, contó la misión y aseguró haber sido el hombre que abatió a Bin Laden.
Tiempo después de publicarse el libro en 2012, un periodista logró destapar la identidad de Bissonnette y el Pentágono emprendió medidas legales contra él por haber violado el acuerdo de no divulgar secretos.
Bissonnette tuvo que devolver 6.8 millones de dólares en ganancias del libro por usar información no autorizada como conferenciante.
Actualmente O’Neill y Bissonnette compiten el puesto de la persona que disparó los tiros que acabaron con la vida de Bin Laden. Aunque sus versiones coinciden en muchos detalles, se contradicen en el clímax del ataque.“Momentos después de disparar a Osama bin Laden, me pregunté si era la mejor o peor cosa que me podía ocurrir. Todavía estoy tratando de esclarecerlo”, afirmó O’Neill en una de sus presentaciónes.
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