El miércoles 22 de febrero arribaron a México Rex Tillerson, secretario de Estado y John Kelly, secretario de seguridad de los Estados Unidos para reunirse con un grupo de diplomáticos mexicanos encabezado por el canciller Luis Videgaray y el presidente Enrique Peña Nieto con el objetivo de reducir la tensión bilateral entre ambos países provocada por las declaraciones y órdenes ejecutivas que Donald Trump comenzó a firmar desde que llegó al poder.Ante esto, el coordinador de los senadores del izquierdista Partido de la Revolución Democrática, Miguel Barbosa, declaró que estos dos personajes que representan al gobierno del magnate neoyorquino no son bienvenidos en México.
“La presencia de ellos, ante un ambiente de amenazas y de hostilidad desde su gobierno, los hace que no sean bienvenidos, declaró Barbosa en conferencia de prensa.
Además señaló que la decisión de recibirlos en nuestro país para negociar asuntos económicos y migratorios es “otro error de la diplomacia mexicana”, porque Donald Trump ha provocado un ambiente hostil por culpa de las órdenes ejecutivas que afectan directamente a los migrantes mexicanos y atentan contra la soberanía nacional.
Según el senador perredista Miguel Barbosa, esta reunión en todo caso debería darse entre pares y no con el presidente del país.Rex Tillerson y John Kelly estarán en México durante dos días, en los cuales tienen agendado reunirse con Peña Nieto y varios de los ministros mexicanos para abrir un diálogo que reduzca la tensión bilateral y ésta no escale hasta convertirse en un conflicto.
Los principales temas que se discutirán serán seguridad fronteriza, cooperación policial y comercio; el gobierno mexicano advirtió que no permitirán que se vulnere la soberanía nacional.Esto lo reafirmó Luis Videgaray cuando afirmó en conferencia de prensa en la que hizo referencia a las severas medidas contra la inmigración ilegal anunciadas desde la Casa Blanca, que dejan vulnerables de deportaciones a gran parte de los 11 millones de indocumentados que viven en los Estados Unidos, y pretenden enviarlos directamente a México aunque no sean originarios de este país.
“Quiero dejar claro y de la manera más enfática que el gobierno de México y el Pueblo de México no tienen por qué aceptar disposiciones que de manera unilateral un gobierno le quiera imponer a otro”, declaró el canciller mexicano en una conferencia conjunta con el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Jan Jarab, que se llevó a cabo en la Ciudad de México pocas horas antes de que el secretario de norteamericano Rex Tillerson aterrizara en la sección militar del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México.
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