En los años sesenta en Estados Unidos surgió una tendencia dentro de la fotografía que tenía como finalidad reflejar la realidad de una manera enteramente fiel: el fotorrealismo o hiperrealismo. Esta corriente fue una reacción al pop art y el arte conceptual, concentrados mayormente en el contenido intelectual y no en las técnicas artísticas.
Al sentirse atraídos al fotorrealismo, algunos artistas pertenecientes a otras disciplinas de las artes plásticas comenzaron a explorar las técnicas y bajo los mismos principios estéticos de éste, trasladaron el hiperrealismo a la pintura y escultura, como es el caso del artista español Eugenio Merino y otros exponentes como Ron Mueck, Paúl Staiger, Richard McLean, John de Andrea, entre otros.
Un ejemplo del hiperrealismo es la obra “Aquí murió Picasso” de Eugenio Merino (Madrid, 1975), la cual ha causado polémica por sí misma, su intensión es provocadora e irónica.
Eugenio Merino ha creado obras hiperrealistas de personajes de la escena política, además él mismo se define como un escultor satírico que toma el ejemplo del humor ácido del semanario Charlie Hebdo.
La obra hiperrealista de Picasso de 1.64 metros está elaborada con resina de poliéster, fibra de vidrio, silicona, poliuretano y pelo humano, viste pantalón beige, camisa de rayas y zapatos negros. Ésta descansa junto a una lápida falsa de mármol de Carrara con la leyenda “Aquí reposa nuestro bien amado Pablo Picasso. 1881-1973. Añorado por todos”.
Así como la fotografía fue una base para la reinvención del hiperrealismo en las artes plásticas, también lo ha sido para el turismo. La fotografía siempre es parte de los viajes y visitas que realizamos. Sin embargo, últimamente las selfies se empoderan en las redes sociales.
El filtro de las fotografías ha sobrepasado el del sentido común y de esta manera, el artista madrileño pretende hacer una crítica a este turismo de masas, fijado y obsesionado con las fotografías y retratos en lugares patrimoniales que merecen ser parte del catálogo para crear un perfil en redes impregnado con estas bellas capturas.
Merino menciona que esta figura acordonada tiene como fin una “reflexión de crítica” sobre el turismo de masas en la ciudad, así como la instrumentalización de la figura de Pablo Picasso con fines comerciales.
“Naturalmente se trata de una creación irónica, una alegoría acerca de la muerte de Picasso”, menciona el creador. “Es una crítica hacia cómo el turismo masificado destruye las ciudades tal y como las conocíamos”.
“Aquí murió Picasso” es comisariada por los promotores culturales malagueños Alfonso Silva y Javier Hirschfeld y se podrá visitar hasta el mes de julio en la Alianza Francesa de Málaga en la capital de la Costa del Sol.
La pieza a su vez, forma parte de una gran cantidad de folletos que burlan la falsedad de muchos elementos de las visitas turísticas, pues otro objetivo con los visitantes es que esta práctica irónica sea consciente, por lo cual las fotografías y las selfies están totalmente permitidas y el acceso a la Alianza Francesa es de carácter gratuito.
Eugenio Merino no considera ni pretende que esta creación sea ofensiva ni para Picasso ni para nadie, “sólo quiero señalar cómo se ha sobreexplotado la imagen del artista hasta límites casi ridículos”.
“Always Franco” fue otra representación que Merino hizo del dictador y militar español Francisco Franco dentro de un refrigerador de la marca más comercializada de refrescos en el mundo, así como “Punching Franco”, del mismo personaje.
“Always Franco” Feria Arco 2012. *EFE
A pesar de que “Always Franco” fue expuesta en la Feria Arco 2012, le causó una oleada de litigios judiciales durante cuatro años. “Al principio barajé incluir a Mao Zedong, pero no funcionaba tan bien”, explica Merino. “Franco en una nevera es la imagen de su permanencia en nuestra cabeza”.
“Damaged Goods” es otra obra que generó un impacto humorístico e interés; la cabeza de Trump metida en una caja con las advertencias de “inflamable y altamente contaminante”, expuesta en la galería UNIX en Chelsea, Nueva York como parte de su exposición “Sons of Capital”, en la cual también se encuentra la cabeza de Hitler.
Ver el “cadáver” de Picasso, —que por ser falso no interfiere con el respeto a su memoria— para algunos turistas podría ser mejor que admirar a “La Guernica” o “Las señoritas de Avignon”.
En el folleto de la pieza “Aquí murió Picasso” que se reparte por la ciudad se puede leer la siguiente leyenda: “El cuerpo de Picasso descansará en Málaga. La capital de la Costa del Sol completa su oferta turística cultural con la atracción definitiva: la muerte del genio universal”.