De acuerdo con la OMS, la cardiopatía isquémica —o enfermedad coronaria—, así como el accidente cerebrovascular han sido las principales causas de mortalidad a nivel global en los últimos 15 años. Tan sólo en el 2016, el número de defunciones rondó los 15.2 millones, mientras que la American Heart Association estima que para el 2030, el número de defunciones por enfermedades cardiovasculares será mayor a 23.6 millones.
Las estadísticas dependen de la ubicación geográfica y la riqueza, pero cualquiera puede sufrir un infarto
Si bien las estadísticas de la OMS cambian según el ingreso medio de la población —por ejemplo en países de ingresos bajos el primer lugar de defunciones lo ocupan las enfermedades respiratorias transmisibles—, las afecciones al corazón siguen estando en los primeros lugares, lo cual lo convierte en una preocupación global ya que nadie está exento de sufrir un infarto. Puede que lleves una vida saludable, sin embargo se han presentado casos de gente joven sana y hasta deportistas que han presentado cuadros de infarto sin una razón aparente.
Nuestro estilo de vida puede aumentar nuestras probabilidades
Por años se pensó que las enfermedades del corazón eran exclusivas de los hombres —ya que los estrógenos de las mujeres las protegían—, sin embargo ahora también es la principal causa de muerte de las mujeres. Por si fuera poco, buena parte de nuestro estilo de vida actual implica prácticas que poco ayudan a prevenir que suframos un infarto. Debido a esto, en años recientes hemos presenciado un incremento de casos en gente joven, cuando normalmente los infartos —y la enfermedad coronaria en general— solía asociarse a gente mayor, ya que el riesgo de un infarto incrementa después de los 45 años en hombres y a los 55 en mujeres, de acuerdo a Health.com.
Algunos de los factores que nos ponen en riesgo de un infarto
Cuando se trata del corazón, existen distintos factores a considerar que pueden agravar el riesgo de sufrir un infarto. De acuerdo con la American Heart Association se dividen como mayores, modificables y contribuyentes. Los primeros son factores que no se pueden cambiar ni revertir, entre estos están la edad, el sexo y los antecedentes de nuestra familia. Los modificables y contribuyentes tienen que ver más con nuestro estilo de vida, hábitos, así como algunas enfermedades derivadas de esto como lo puede ser la obesidad, hipertensión o diabetes; otros factores modificables son el tabaquismo, sedentarismo, el estrés y los niveles de colesterol y triglicéridos —que están íntimamente relacionados con nuestra alimentación—.
Nuestro corazón puede envejecer mucho más rápido
En ese sentido, aquellas personas que independientemente de su edad o los antecedentes familiares, también llevan un estilo de vida poco saludable, de forma inconsciente provocan que su corazón y vasos sanguíneos envejezcan más rápido que ellos. Esto es tan grave que tan sólo en Estados Unidos se estima que 85.6 millones de estadounidenses viven con una forma de enfermedad cardiovascular —inadvertidamente— y 69 millones entre los 30 y 70 años tienen un corazón 5 u 8 años más viejo. Incluso, de acuerdo a Barbara Bowman, directora de la División de Prevención de las Enfermedades del Corazón e Infartos del CDC, tres de cada cuatro infartos se deben a los factores modificables y contribuyentes, por lo cual se trata de casos que pudieron ser prevenidos.
El cuidado y prevención de las diferentes enfermedades cardiacas debe comenzarse desde una edad temprana, pues es en la juventud cuando un infarto tiene mayor probabilidad de ser mortal ya que al no ser una condición crónica —como suele pasar en adultos mayores— nuestro corazón no está preparado ni se ha adaptado a la falta de irrigación de sangre (propia de la edad avanzada). De la misma forma, es común que entre la población joven se desconozca de ciertas condiciones como la hipertensión que nos predisponen a una enfermedad cardiaca.
Si te interesa saber con exactitud la probabilidad de que sufras de un infarto la Universidad de Boston en colaboración con el National Heart, Lung, & Blood Institute tienen disponible el Framingham Heart Study, o bien la edad de tu corazón —ambos en inglés—.
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