Las vicisitudes del trago: puede eliminar nuestros prejuicios o nuestra moral. A la larga, el consumo de alcohol no sólo libera a nuestras bestias internas (lo mejor o lo peor), también altera nuestras neuronas y alienta al cerebro a desear otro shot.
La razón detrás de porque, cuando bebemos, nos cuesta tanto soltar la copa es que el alcohol impacta directamente al cerebro, se modifica su funcionamiento y se transforma la forma en la que la información es procesada en las neuronas: el cerebro quiere más.
Un estudio hecho por el equipo de investigación de IFLScience, descubrió que tras modificar un virus con ingeniería genética, los cambios cerebrales son menores y se minimiza el deseo de beber.
El equipo experimentó con un grupo de ratas que bebían de dos botellas. La primera sólo contenía agua y la otra tenía agua mezclada con 20 por ciento de alcohol. Los científicos hacían aparecer la segunda botella esporádicamente. Las ratas podían decidir de cuál beber e hicieron su elección: desarrollaron el hábito de beber alcohol.
Después, mediante un procedimiento llamado transferencia genética viral, manipularon las neuronas de los animales que responden a los impulsos de “hacerlo” o “no hacerlo”. Ese gen tiene la capacidad de forzar a las neuronas que “expresen” una proteína específica.
Finalmente les inyectaron un químico que se adhiere a la proteína, inhibiendo o promoviendo la actividad en las neuronas obligando a los roedores a hacer o dejar dependiendo de la proteína. Los ratones alcohólicos dejaron de tomar cuando se estimulaba su neurona de “no hacerlo”.
En otro experimento también descubrieron que al entregar directamente una droga que estimule a la neurona se frenan los impulsos en el núcleo estriado cerebral, la parte del cerebro estimulada por el alcohol y encargada de procesar la información señorial. Esta zona se altera por las drogas e incrementa los niveles de dopamina, el neurotransmisor asociado con el placer y la motivación.
Estos hallazgos son un gran paso para desarrollar un tratamiento para tratar el alcoholismo en humanos. A veces Alcohólicos Anónimos no es suficiente y, como las ratas, antes de beber tenemos la capacidad de elegir.
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