No, Gerald Piqué ni Liam Hemsworth son los únicos hombres en el mundo que han engañado a sus parejas y aunque nos duela creerlo, la infidelidad es más común de lo creemos. No lo decimos nosotros, lo dice la ciencia.
Cuántas veces no hemos pensando en la pregunta: ¿Si una vez fue infiel volverá a engañar? sin obtener una respuesta concreta o segura, pues se han visto casos en los que supuestamente ese alguien ‘cambia’, no lo vuelve a hacer y continúa su relación bajo la famosa frase: ‘Y vivieron felices para siempre’.
La infidelidad es un tema complicado visto desde diferentes perspectivas, sin embargo, su complejidad ha llevado a los expertos a hacer estudios al respecto para entender más este fenómeno.
Para sorpresa (o no) de la humanidad, dichas pruebas han arrojado que, cof cof Piqué… una vez infiel, siempre será infiel.
Hablando de una relación monógama, es decir, basada en la exclusividad sexual, sentimental y afectiva, los expertos han realizado pruebas para determinar los factores que orillan a alguien a ser infiel en varias ocasiones como el caso de la Universidad de Denver y la psicóloga Kayla Knopp, quien durante cinco años analizó a más de 1200 personas.
En dicho estudio, la doctora les preguntó cada seis meses si habían tenido relaciones con otras personas que no fueran sus parejas estables y 40% de los casos dijo que sí. 30% de ellos mencionaron sospechar de su pareja o incluso afirmaron saber que sí les habían sido infieles.
El caso determinó al final que las personas que habían sido infieles tenían tres veces más probabilidad de ser infieles una vez más, ya sea en la misma relación o en las siguientes.
Por otro lado, las investigadoras Maryam Kouchaki y Francesca Gino de Harvard y Northwestern llegaron a la conclusión que la razón por la que una persona traicionaba a sus parejas y lo volvía a hacer una y otra vez fue por la llamada ‘amnesia ética’, la cual supuestamente surge para evitar una angustia y para olvidar algo que les llegue a perturbar.
Su subconsciente suprime recuerdos de malos comportamientos que pueden incomodar. Básicamente, es una trampa mental para evitar conflictos. Lo peor de todo, es que según el investigador Neil Garrett, las personas que son infieles una y otra vez no desarrollan sentimiento de culpa.
Cabe señalar que los estudios realizados solo se han a un sector de la población y por lo tanto esto no determina una respuesta concreta del 100%, pero… ¡qué triste!
