El arte se puede apreciar en muchas dinámicas: al visitar un museo, una galería, al comprar la pieza o, simplemente, observarla en libros o en Internet. La artista neoyorquina Deb Berman considera que el arte se debe vivir en el momento, que la emoción de estar en la creación de una obra y participar en ella es lo que provoca ese sentimiento inigualable. Por esta razón, ella se convirtió en ESE instante para la gente.
Deb Berman se convierte en un lienzo para las personas, para hacerlas vivir la experiencia que tanto ama; su obra no consiste en convertirse en un cuadro viviente, sino en transformar al espectador en creador. En calles y lugares transitados la artista realiza un performance en el que no sólo crea interacción entre turistas, oficinistas y todos los transeúntes, sino que los convierte en artistas de su propio cuerpo (el de ella).
Según Berman, el arte se lleva a cabo sólo durante el momento en que pintan sobre su cuerpo, lo que derive (ropa, fotografías o videos) son restos para que los “arqueólogos del arte” decidan qué fue lo que sucedió y así la obra perdure. El valor de su performance recae en el momento en que la gente puede experimentar un poco de esa sensación original, y ese momento, perdido ya en el recuerdo de quienes lo vivieron, es la verdadera obra de arte.
Human Canvas from Machine-Light on Vimeo.