“Este pueblo es conocido por su capacidad de hacer algo falso barato. Productos ‘Made in China’ ahora llenan los hogares de todo el mundo. Pero nuestro país gigante tiene un pequeño problema, no podemos fabricar la felicidad de nuestro pueblo”. Ai WeiWei
Una de las características principales de muchos artistas ha sido -y seguirá siendo- su compromiso social y la divulgación de las noticias e injusticias que se viven en el mundo; el arte sirve para sublimar aquellas quejas y pesares de las almas, para darle voz a quienes no pueden luchar más, para sentenciar la inconformidad y mostrar que estamos viviendo -o mal viviendo el presente- pero no por eso nos rendimos.
Ai WeiWei es un artista chino, nacido en Beijing en 1957, que ha trascendido con su obra artística; producto de la historia de la cultura china, de la represión y eliminación de los derechos humanos que existe en China y de la estructura política del país. Hijo del poeta Ai Qing, quien vivió las consecuencias de la Revolución Cultural, fue exiliado e incluso encarcelado. La Revolución Cultural fue un periodo en el que Mao Zedong, máximo dirigente de la República Popular de China en los años sesentas y setentas quiso transformar moralmente a toda la sociedad con el pensamiento, la cultura y usos y costumbres. La crítica hacia prominentes artistas era constante, las críticas al régimen no eran bien recibidas por Mao, por lo que exiliaba a aquellos que se atrevían a retar el sistema político a zonas rurales de China, esto con el objetivo de recibir una re-educación social. Éste fue un momento clave en la vida de WeiWei, ya que el arte le sirvió como refugio de la labor rural que tenía que realizar.
El rebelde e irónico artista plástico y activista de los derechos humanos es un fenómeno generacional de los supervivientes políticos de la Revolución Cultural.Son múltiples las obras que Ai WeiWei ha exhibido, en esta ocasión echaremos un vistazo a una de las obras más polémicas que realizó.En 2008 un terremoto sacudió una de las provincias de la zona suroeste de China, Sichuan. Miles de personas murieron, entre ellos niños que se encontraban en la escuela; muchas de ellas en la provincia estaban pobremente construidas. Las escuelas fueron construidas por el gobierno por lo que las autoridades quisieron esconder la negligencia que habían cometido y dejaron de lado la catástrofe sin hacer una investigación del caso a pesar de que muchos menores perdieron la vida.
WeiWei tenía un blog en internet que utilizaba para publicar sus obras y decidió iniciar a través de él una investigación sobre el terremoto en Sichuan; voluntarios se sumaron a la causa formando un gran equipo, reuniendo información encontraron los nombres y fechas de cumpleaños de 5,212 estudiantes víctimas del terremoto. A un año del aniversario del terremoto, Ai WeiWei publicó esta lista de nombres en su blog e inmediatamente las autoridades chinas censuraron su portal.
En una exhibición en un museo en Munich, Alemania, Ai WeiWei armó la exposición llamada “So sorry” (Cuánto lo lamento, Una disculpa); en la pared principal del recinto creó una pared gigante hecha de las mochilas de aquellos niños que perdieron la vida en Sichuan, y se podía leer una frase escrita en chino: “Ella vivió felizmente durante siete años en este mundo”, frase de una de las madres de las víctimas del terremoto. El título de la exhibición “So sorry” hace referencia a las disculpas que el gobierno y corporaciones expresaron frecuentemente por la negligencia de la construcción de las escuelas que se derrumbaron.
En efecto, esta obra habla sobre la persona, el humano, el artista, el ser que define a WeiWei, siendo la valentía un elemento fundamental de su ser, el rasgo que se requiere para afrontar un gobierno en la lucha por una causa, que en este caso afectó a tantas personas.
Cuando Ai WeiWei se convirtió en artista -igual que su padre- fue castigado por su activismo en el arte y en ambos casos su motor ha sido el mismo lo que nos muestra que las cosas no han cambiado tanto entre las generaciones; su obra surgió como respuesta ante la represión del gobierno chino pero al mismo tiempo esa represión sirvió para darle un mayor significado a su arte, ya que dejó a la vista del mundo entero los actos de injusticia que se cometen contra los derechos humanos en China.¿WeiWei es producto de su propia cultura? Sí, como todos nosotros, pero también es un contra efecto, un elemento “enemigo” de la propia cultura porque decidió convertirse en un rebelde que critica su origen cultural y a la sociedad.
Estas personas que nos conectan con el mundo a través del arte son grandes ejemplos de que callarse no es la opción en un mundo dirigido por personas que prefieren el silencio ante las barbaries que vivimos.
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