“Lo que más amo de la pintura es plasmar en mi trabajo lo que está en mi mente, los accidentes felices también son muy buenos”.
Originaria de Norfolk, Inglaterra, Nom Kinnear King presenta sus pinturas imaginarias de protagonistas infantiles. Pintora e ilustradora de profesión, King elabora retratos sobre madera y lienzo en los que recrea a mujeres con aspecto de niñas, pues los finos trazos que destacan delicados rasgos y cuerpos prematuros, muestran al espectador mujeres que se mueven entre la realidad y la fantasía con un toque sensual y místico.
Graduada de la Escuela de Arte y Diseño del Reino Unido, el arte de King se centra en pintar personajes femeninos y su entorno para crear una narrativa con mujeres de la imaginación acompañadas de objetos reales que aterrizan el concepto de su trabajo y favorecen la exploración a la mente fantástica de la artista.
King emplea la pintura al óleo, con la que desarrolla el tema de su obra: la fantasía; a partir de ésta crea cuadros que muestran a niñas que no juegan, sino, se descubren y se envuelven en inocente sensualidad bañada de melancolía. Para crear sus pinturas, King comienza ideando un objeto, nombre o canción que posteriormente hará en bocetos; apunta sus ideas en un bloc de notas que siempre carga consigo, a partir de esas ideas y bocetos, comienza a desarrollar los lienzos sobre los que permite que la obra tome su propio camino.
“Persigo la idea fuerte que tengo respecto a un personaje. Empiezo con un boceto y luego construyo el rostro mirando los diversos rasgos faciales, mientras que las manos y la ropa son siempre propias, adaptadas a las necesidades de mi pintura”.
Influenciada por la música de Nick Cave y la literatura de Gabriel García Márquez, Nabokov e Isabel Allende, esta artista, quien también forma parte del colectivo de artistas Prisma, asegura que sus pinturas poseen una pizca de realismo mágico, pues presentan una realidad alterada por la fantasía y la imaginación.
King retoma como fuente de inspiración la observación de espacios que pasan desapercibidos, pero también de las diferentes culturas que integran dicho mosaico. América del Sur, Rusia y Francia, son los ejes de su obra con piezas que rinden tributo a Toulouse-Lautrec, Marc Chagall y Frida Kahlo.
“Me siento inspirada por la mezcla de las cosas que existen, desde el este de Europa a América del Sur, desde Tom Waits a Amelie, hasta un adorno encontrado en una venta”.
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