El 11 de diciembre se cumplieron 100 años del nacimiento de Elena Garro, una de las mejores escritoras mexicanas de todos los tiempos. Sus novelas, obras teatrales y cuentos poseen características únicas. En ellas, el más crudo realismo y la fantasía más delirante se entremezclan de una manera sorprendente y por demás original.
Nació en la ciudad de Puebla, vivió su infancia en Iguala, Guerrero y estuvo casada con Octavio Paz durante 22 años (1937-1959). En 1964 ganó el premio Xavier Villaurrutia por su novela Los Recuerdos del Porvenir, considerada precursora del realismo mágico que daría tanta fama a Gabriel García Márquez y otros escritores del llamado “Boom Latinoamericano”.
Después de ser acusada por sus colegas de delatar al movimiento de 1968, tuvo que exiliarse por muchos años en España y Francia, donde vivió con penurias económicas. A principio de los años 90 regresó a México, residió en Cuernavaca, Morelos, donde murió el 22 de agosto de 1998, acompañada de su hija Helena Paz y de sus 14 queridos gatos.
Además de la novela ya citada, Garro escribió muchas otras obras de gran calidad: Un Hogar Sólido y Felipe Ángeles (teatro); La Semana de Colores, La Culpa es de los Tlaxcaltecas (cuentos); Testimonio sobre Mariana, Un Traje Rojo para el Duelo, Andamos Huyendo, Lola; Un Corazón en un Bote de Basura (novelas).
Para que recuerdes su obra o te decidas a sumergirte por primera vez en ella, te presentamos algunas frases inolvidables de esta gran autora:
“Él sabía que el porvenir era un retroceder veloz hacía la muerte y la muerte el estado perfecto, el momento precioso en que el hombre recuperaba plenamente su otra memoria”.
“Para nosotros, los indios, es el tiempo infinito de callar”.
“No todos los hombres alcanzan la perfección de morir; hay muertos y hay cadáveres, y yo seré un cadáver”.
“Aquí la ilusión se paga con la vida”.
“La desdicha, como el dolor físico, iguala los minutos. Los días se convierten en el mismo día, los actos en el mismo acto y las personas en un solo personaje inútil. El mundo pierde su variedad, la luz se aniquila y los milagros quedan abolidos”.
“Una tristeza impresionante se extendía por toda la casa: se diría abandonada o habitada por personas sin esperanzas”.
“La memoria del futuro es válida, pero me ha fastidiado, y estoy cambiando los finales de todos mis cuentos y novelas inéditos para modificar mi porvenir”.
“Sólo le quedaba ir al encuentro del pasado remoto que estaba en su memoria. Si lograba encontrar los restos de la casa junto al río encontraría su presente, dejaría de ser sombra flotando en ciudades sin memoria. ¡Todos habían muerto! Sólo quedaba ella, perdida entre millones de desconocidos”.
“Una generación sucede a la otra, y cada una repite los actos de la anterior. Sólo un instante antes de morir descubren que era posible soñar y dibujar el mundo a su manera, para luego despertar y empezar un dibujo diferente”.
“Cuando alguien moría, ella no iba al duelo. No sabía porqué la cara muerta de sus conocidos la hacía reír”.
El mejor tributo que podemos hacerle a los autores es leer su obra, déjate encantar por la crudeza de las mágicas palabras de esta autora quien, sin duda, es una de las mejores del país azteca.
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