En la biblioteca Rogerio Casas-Alatriste del Museo Franz Mayer, se resguardan libros excepcionales y casi legendarios. Entre ellos destacamos el caso de la Storia Antica del Messico (Historia Antigua de México), 1780, escrita por el jesuita Francisco Javier Clavijero; este ejemplar contiene la disertación de Clavijero, así como mapas, ilustraciones, calendarios, árboles genealógicos y observaciones que tuvieron la intención de caracterizar, presentar y exaltar a México, a sus pobladores y a sus principales riquezas y cualidades. Algunos de los apartados de esta edición se enfocan en el análisis y caracterización de la flora del valle de Anahuac, aspecto que abordaremos en esta ocasión.
Hijo de madre mexicana y de padre español, Francisco Javier Clavijero nació el 6 de setiembre de 1731 en la ciudad de Veracruz. A los 17 años ingresó a la compañía de Jesús en el colegio jesuita de Tepotzotlán y dedicó su vida al estudio de distintas disciplinas como: filosofía, gramática y teología; también impartió clases en los colegios de la Compañía.
Desde pequeño, Clavijero vivió en distintas poblaciones indígenas, lo que le permitió conocer acerca de sus pobladores, cultura, tradiciones, gastronomía, dialectos y escritura; así mismo, se interesó en los animales, plantas, minerales, clima y otros aspectos del medio ambiente de la capital del entonces virreinato de la Nueva España. Sus intereses y conocimientos sobre dichos temas se combinaron con el estudio de libros y códices que entonces eran resguardados por los jesuitas.
Por decreto real, en 1767, los jesuitas fueron expulsados de la Nueva España, lo que no impidió que Clavijero continuara con sus investigaciones. Al llegar a Europa consultó ediciones referentes al Nuevo Mundo, obras de autores como Comellius, el Conde de Buffon o George-Louis de Leclerc, y se dio cuenta de la gran ignorancia que existía sobre los habitantes, cultura y naturaleza novohispanos; este fue uno de los principales motivos que llevó a Clavijero a escribir Historia antigua de México. Entre sus propósitos principales se contaron los siguientes: presentar información veraz que reivindicara la identidad de su tierra, además de recoger y rescatar la historia de México; también engloba una dedicatoria a la Universidad de México, un prólogo en el que se mencionan las fuentes consultadas, así como la metodología que se siguió.
La revisión que Clavijero realizó acerca de las plantas puede despertar el interés de un gran abanico de mentalidades y no de únicamente aquellas conocedoras del tema. Al referirse a la flora de México, Francisco Javier describe las flores más atractivas o interesantes, menciona sus relaciones y propiedades medicinales, la manera de preparar alimentos con algunas de ellas y refiere los nombres de los ejemplares nativos; también menciona cuáles fueron utilizadas por indígenas, otorgándole el protagonismo a las angiospermas (plantas con flores) sobre las gimnospermas (plantas sin flores, como los pinos). Divide a las plantas dependiendo el uso que se les daba, o bien, por sus flores, frutos, raíces, hojas, tallos y maderas; también separa aquellas útiles por sus resinas, gomas, aceites y jugos. En todo caso, realizó una breve descripción de su hábito (si se trata de hierbas, arbustos o árboles), forma, color y olor de las flores; forma de las hojas e incluso de su distribución. También es posible encontrar notas en las que se incluye el nombre científico de las plantas, comparaciones con otros autores, así como datos curiosos, leyendas, usos medicinales, usos gastronómicos, época de siembra y de colecta, etcétera.
La planta de tlalcacahuatl o cacahuate -la número tres en la ilustración-, como le llaman los españoles, es sin duda una de las plantas más raras que hay allí. […] Cada vaina tiene dos, tres o cuatro cacahuates, los que tiene la figura de los piñones, pero mucho más grandes y más gruesos, y cada uno es compuesto, como otras muchas semillas, de dos partes, y tiene su punto de germinación. […] Se extrae de los cacahuates un aceite que no es de mal gusto; pero se cree nocivo por ser demasiado caliente. Da una hermosa luz, pero fácil de apagarse.1
La descripción y catalogación de las plantas a lo largo de la historia funge como testigo de la mirada e intereses de diversas épocas, además de que aporta a la creación de un gran acervo que brinda información acerca de la composición florística de cada región. Obras como la de Francisco Javier Clavijero forman parte de los documentos que plasman en la historia antigua de nuestro país, la presencia y usos de algunas plantas que fueron o siguen siendo utilizadas. También nos invita a pensar en su consideración como estudio científico, obra de arte u objeto o artefacto sociocultural.
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Clavijero, Francisco Javier. Storia antica del Messico cavata da ́migliori storici spafnuoli; e da ́manoscritti, e dalle pitture antiche degl ́indiani: divisa in dieci libri, e corredata di carte geografiche, e di varie figure: e dissertazioni sulla terra, fugli animali, e fugli abitatori del meffico. (Historia antigua de México, sacada de los mejores historiadores españoles y de manuscritos y pinturas antiguas de los indios. Dividida en diez libros. Adornada de cartas geográficas y litográficas; con disertaciones sobre la tierra, animales y habitantes de México), Vol. I Cesena: Gregorio Biasini, 1780, p.53.