A continuación otro texto compartido por la joven autora venezolana Margarita Liendo Osuna, cuya poesía desborda los límites de los universos poblados por el amor y el desamor.
VUELTA A LA HORA
Inicia el conteo en la palma sucia
morando sin rumbo de ojos claros
el tic tac del reloj es un eco bochornoso que se guinda en la luz moribunda
hacinada en su ser, carcomida en la instancia de la terquedad hecha piel.
La raíz del problema es el problema
no hay imagen, no hay desiertos, no hay nada.
Dormido estaba el ayuno con tu fe de ciego
tu manantial en ramas, tus manos vencidas al mediodía.
El tic tac del reloj otra vez
siempre
recordándote las dimensiones de la circunferencia astral y nominal
rasgos de un mejor mañana ante la ausencia de un mejor presente.
El día pasa, pesa, posa.
El día se estremece de cándidos pétalos
quemándose bajo el trino de la ensenada
franco deterioro de tres cruces como estacas clavadas en el corazón de ese vampiro inclemente
hora tras hora, minuto por minuto como el dicho del ojo y del diente.
Llamaste para matar el tiempo, pero acabaste por completo con mis amores
entonces ocurrió la vuelta a la hora
segundos desgranándose y la sangre del tiempo vertida en la nada
esparciéndose en el oxígeno como escarcha del olvido
amor en pena vedado para ti para mí.
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Las imágenes que acompañan al texto pertenecen a Gabrielle Gendron.
Puedes apreciar más de su trabajo fotográfico aquí.
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La vida es demasiado corta para vivirla pensando en el pasado. El tiempo es un estado mental y los días pasan por algo.