Caminaban tomados de la mano o abrazados todo el tiempo, tanto por las calles tumultuosas de París como por los barrios más tranquilos. Hacían paradas en cafés, en las principales catedrales, en las plazas o en las librerías para continuar su caminata a lo largo de la tranquilidad del Sena. Se les veía pacíficos y contentos. Enamorados.
Pam y Jim estaban lejos de los reflectores a los que él tenía que enfrentarse a menudo en los Estados Unidos, tanto encima como debajo de los escenarios. En París, en cambio, él tenía el tiempo adecuado para dedicarse a escribir su anhelada ópera rock, leer, corregir poemas, escribir nuevos inspirado en la pacífica atmósfera parisina y disfrutar de la compañía de Pam, quien le animaba a hacer de su obra literaria su principal universo.
Ella lo amaba tan profundamente, en parte, gracias a las preciosas canciones que él le compuso. Tan llenas de amor, de misterio, de entrega y de admiración por su mágica presencia en su vida.
Pamela Susan Courson murió a los 27 años, al igual que su pareja “El Rey Lagarto”, el emblemático vocalista de The Doors, Jim Morrison. El deceso de esta delicada y frágil mujer, de piel blanca y salpicada de pecas, cabello rojizo y lacio, peinado con raya en medio a la usanza de la tumultuosa década de 1960, se dio en 1974, tan sólo tres años después del fallecimiento de Morrison. Las drogas y los excesos también consumieron a la joven que acompañó al cantante desde antes que diera su salto a la fama hasta su decadencia y últimos días de vida en París. El amor que ella le profesó fue tan sublime que cuesta creer en las teorías que señalan que pudo haber estado involucrada en la muerte del cantante.
Ésta es una de tantas ironías y tragedias que ambos compartieron en vida (y en muerte), mismas que los han convertido en una de las parejas de la escena del rock más controvertidas y enigmáticas de la historia. Si John Lennon y Yoko Ono representan el lado tierno de las parejas del rock, los que se acompañaban permanentemente como sombra y que se sumergieron uno en el alma del otro, Pam y Jim representan el lado caótico, salvaje e inestable, pero profundamente romántico.
Él la llamaba su “pareja cósmica” y fue motivo de muchas de las letras de sus canciones y poemas. Un hermoso ejemplo “Queen of the Highway”, en la que Jim le canta:
She was a princess, Queen of the Highway
Sign on the road said: “Take us to Madre”
No one could save her, save the blind tiger
He was a monster, black dressed in leather
She was a princess, Queen of the Highway
Now they are wedded, she is a good girl
Naked as children out in a meadow
Naked as children, wild as can be
Soon to have offspring, start it all over
Pam nació en Weed, California, en 1946. Desde temprana edad se impuso a sus padres con base en su carácter rebelde, a la vez que melancólico, el cual tendía a la soledad y el aislamiento. Quienes la conocieron la recuerdan como un ser inteligente, con grandes aptitudes para el arte, dulce y desequilibrada. Una mujer especial, de esas que hacen que los hombres caigan a sus pies hechizados por su aparente fragilidad. Al cumplir los 19 años se marchó con una amiga a Los Ángeles, atraída por el ambiente hippie, rockero y psicodélico que se desarrollaba en aquella ciudad. Con rapidez se vio involucrada en el consumo de drogas y fue cosechando una buena cantidad de amantes. También comenzó a estudiar arte en Los Angeles City College.
Los biógrafos de Morrison dicen que éste perdió la cabeza en cuanto la vio en el club London Fog, donde The Doors comenzaban a hacer sus primeras actuaciones en 1965. A Pam no le ocurrió una sensación menor en cuanto su mirada se posó en la misteriosa presencia del cantante. Fue amor cósmico a primera vista.
A pesar de amarse, lo cual es innegable, su relación estuvo marcada por constantes infidelidades, peleas, insultos, separaciones temporales… Un mar que pocas ocasiones gozó de momentos de calma. Ambos eran peligrosos, inestables, incapaces de vivir la vida a través de un sendero seguro, necesitaban de su amor y del tormento que éste representaba. Pam sufría con Morrison, pero también sufría por ser ella misma.
Morrison describió su profundo sentir hacia Pam con una de las canciones más logradas y perfectas de The Doors, ‘Love Street’…
She lives on love street
Lingers long on love street
She has a house and garden
I would like to see what happens
She has robes and she has monkeys
Lazy diamond studded flunkies
She has wisdom and knows what to do
She has me and she has you
She has wisdom and knows what to do
She has me and she has you
I see you live on love street
There’s this store where the creatures meet
I wonder what they do in there
Summer sunday and a year
I guess I like it fine, so far
She lives on love street
Lingers long on love street
She has a house and garden
I would like to see what happens
En su libro “Jim Morrison y The Doors” (1975), el autor francés Hervé Muller (quien, dicho sea de paso, conoció a Morrison demasiado bien) escribe en relación a Pamela: «Parece que su influencia sobre el cantante era considerable. Ella también escribía y la letra de “Wild Child” es en parte suya. También le ayudó vigilando la edición de los textos: en “The New Creatures”, por ejemplo, quitó algunos poemas de calidad inferior antes de que se publicara. Jim se lo dedicó».
«Sin embargo parece que su relación fue tormentosa. Recuerdo haber oído a Pam decir que vivir con Jim era a veces muy duro, y que sobre todo significaba pasar horas y horas esperándole. Pero aunque Jim desaparecía regularmente, siempre terminaba por volver a vivir con Pam en el departamento de Santa Mónica». Su relación era un círculo vicioso sin oportunidad de sanar.
Pese a su carácter salvaje y desequilibrado, dicen que Jim era condescendiente con Pam y que lo que más le agradaba era tenerla contenta. Muestra de ello fue la boutique de ropa que le compró para que ella la administrara. El local fue conocido como “Themis”. Casi toda la ropa era importada de Marruecos, lo que representó más gastos que ganancias para la pareja, sin embargo, lo que Jim quería por encima de todo era que su “pareja cósmica” llevara a cabo lo que quisiera y que estuviera feliz.
Pam y Jim no sólo pasaron por periodos de separaciones y peleas tanto físicas como verbales, sino en una caída sin remedio al pozo de las drogas y el alcohol. Estos vicios y sus efectos se los recriminaban constantemente y se culpaban de forma mutua por sus sentimientos autodestructivos. Sin embargo, el incendio que los consumía de odio era el mismo que los consumía de amor. Siempre terminaban buscándose, ya sea por una necesidad física, por un sentimiento de soledad, por un grado supremo de codependencia o quizás por el amor tan grande que no podían dejar de sentir el uno por el otro.
Fue ella la que le insistía a él que dejara a The Doors y se enfocara en su carrera como poeta. Estaba harta de ver a Jim caer en un tobogán de excesos en gran medida por la presión de la banda tras sus espaldas. Estaba convencida de que abandonando su carrera como músico y yéndose a otro lado, Morrison podría enfocarse en la culminación de sus libros de poemas. Fue así que él la buscó en París, en 1971, sitio en el que ella llevaba viviendo algunos meses, y donde el cantante de 27 años pasaría sus últimos meses de vida.
Cuando Morrison falleció, Pam, sumida en la depresión y en las drogas se dedicó a ordenar sus escritos para publicarlos de manera póstuma. Ella fue quien le animó a publicar sus dos libros de poemas en vida y la encargada de que el legado literario de Jim no se extraviara tras sus deceso.
Como ya hemos visto, la chica nacida en el condado de Orange fue la musa de Morrison durante su carrera con The Doors. Así lo terminaron de demostrar unas cintas encontradas entre las pertenencias de Jim después de su muerte. En ellas había poemas y canciones grabadas por el cantante, una de ellas de profundo valor sentimental: “Orange County Suite”, dedicada a Pam y ejecutada al piano por Morrison. Estas excelentes grabaciones, que eran una especie de recital poético, fueron editadas después como “The Lost Paris Tapes”. El poema es considerado una de las muestras de amor mas profundas del Rey Lagarto a Pamela Courson, cuya tumba en el condado de Orange dice Pamela Morrison.
“Orange County Suite”
Well I used to know someone fair
She had orange ribbons in her hair
She was such a trip
She was hardly there
But I loved her
Just the same.
There was rain in our window,
The FM set was ragged
But she could talk, yeah,
We learned to speak
And one year
has gone by
Such a long long road to seek it
All we did was break and freak it
We had all
That lovers ever had
We just blew it
And I’m not sad
Well I’m mad
And I’m bad
And two years
have gone by
Now her world was bright orange
And the fire glowed
And her friend had a baby
And she lived with us
Yeah, we broke through the window
Yeah, we knocked on the door
Her phone would not answer,
Yeah, but she’s still home
Now her father has passed over
and her sister is a star
and her mother smokes diamonds
and she sleeps out in the car
Yeah, but she remembers Chicago
The musicians AND guitars
and grass by the lake
and people who laugh’d
and made her poor heart ache
Now we live down in the valley
We work out on the farm
We climb up to the mountains
and everything’s fine
and I’m still here
and you’re still there
and we’re still around
P.D. Larga vida al Rey Lagarto y a la chica de cabello rojo que incendió su vida…
P.D.1. ¿Acaso la mujer que recibió estas palabras pudo haber asesinado al hombre que le profesó un “amor cósmico” por medio de la poesía?
Ya que has quedado sorprendido con esta perturbadora y mística historia de amor, sumérgete en las mejores frases de Jim Morrison, el “Rey Lagarto para viajar por las puertas sagradas de la percepción y acompaña a la pareja de la que acabamos de hablar en su último paseo por París.
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Fuentes
“Jim Morrison y The Doors”, Hervé Muller. Ediciones Júcar. 1975
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