El mundo atraviesa una revolución: una especie de alumbramiento que enfoca su luz en la fuerza femenina. Las recientes elecciones de Estados Unidos quizá fueron la gota que derramó el vaso para todas aquellas mujeres que día a día luchan por un futuro con igualdad de géneros. En varios ámbitos las mujeres han tenido que oponerse al androcentrismo imperante y pelear para obtener lo que es justo; desde el simple derecho universal a votar, hasta el aborto.
En el ámbito artístico siempre se les da un gran valor a los muchos artistas varones que influenciaron o crearon alguna corriente artística. Es innegable que sin ellos quizá la historia del arte no hubiera sido la misma. Sin embargo, es importante mencionar que también hubo mujeres con talento más que comprobado en el mundo de las bellas artes, quienes soportaron desde humillaciones hasta críticas injustas. Sin duda no fue un camino fácil para estas creadoras de una obra poco reconocida por una academia dominada principalmente por hombres.
Artemisia Gentileschi (caravaggismo)
El barroco italiano nos dejó un artista cuyo talento y rebeldía pasarán a la eternidad. Estamos hablando del singular pintor Michelangelo Merisi Da Caravaggio, mejor conocido como Caravaggio. El precursor del chiaroscuro tuvo una vida llena de excesos; de hecho, casi toda la información que se tiene de él se ha obtenido gracias a reportes policiales, pues el pintor fue arrestado más de una vez. Sus obras son un juego entre luz y oscuridad, lo que crea efectos con gran dramatismo que logran evocar misterio y admiración. Una artista que militó el caravaggismo y le hizo más que justicia al famoso pintor fue la joven Artemisia Gentileschi.
Gentileschi entró al mundo de la pintura gracias a su padre, Orazio Gentileschi, quien fue uno de los mayores representantes de la escuela de Caravaggio. La pintora y sus hermanos aprendieron las técnicas de Caravaggio desde muy jóvenes. Ella probó ser mejor que sus hermanos y quiso entrar en una academia de arte en Italia para pulir su educación. Tristemente, ser mujer le impidió que esto sucediera. Su padre decidió asignarle un preceptor llamado Agostino Tassi para que Artemisia siguiera aprendiendo. Sin embargo, esto fue un grave error, pues la joven fue violada por Agostino y tuvo que pasar por métodos de tortura y exámenes ginecológicos para probar su inocencia. Al final, recuperar su honor se convirtió en una de sus mayores tareas y todo esto generó en Gentileschi sentimientos que logró plasmar en distintas obras. Por ejemplo, en Judith decapitando a Holofernes, es notable el odio y la ira que le guardaba a su violador; incluso hay quienes sostienen que el rostro de Judith asemeja al de la artista, mientras que el de Holofernes se parece al de Agostino. Con el tiempo Gentileschi se convirtió en la primera mujer en ser admitida en la Academia de Dibujo de Florencia y fue pintora de la corte de los Medici.
Berthe Morisot (impresionismo)
El impresionismo fue un movimiento que buscaba representar la “impresión” que dejaba un momento. Las obras de este periodo juegan especialmente con la luz, son coloridas y vivaces. Uno de sus grandes exponentes fue Pierre-Auguste Renoir. Sus obras nos muestran paisajes y retratos de la vida de la burguesía francesa, así como están cargadas de colores que invita al espectador a deleitarse con los contrastes de luz y escenas pacíficas. Una artista que formó parte de este brillante movimiento fue Berthe Morisot, quien mostró sus aptitudes para la pintura desde joven. Sin embargo, por ser mujer una educación artística no era una posibilidad tan cercana. Todo cambió cuando la joven conoció al reconocido paisajista Camille Corot, quien la convirtió en su alumna. Corot no sólo le enseñaba todo lo que sabía, sino que también comenzó a presentarla en los círculos artísticos parisinos.
Su talento fue tal que logró abrirse espacio entre los grandes artistas impresionistas. Curiosamente, tiempo después se convertiría en cuñada de Édouard Manet (quien fue un importante iniciador del movimiento impresionista), pues contrajo matrimonio con Eugéne Manet, hermano menor del pintor. A pesar de que su talento era innegable, la crítica creía que su trabajo era algo aburrido, pues su narrativa era sobre todo costumbrista. Le tomó una década a la pintora obtener el mérito que merecía: obtuvo un puesto en la primera exposición impresionista en París en 1874, un evento que sólo mostraba lo mejor en el arte según la Academia de Bellas Artes francesa.
Remedios Varo (surrealismo)
Cuando se habla del surrealismo, el primer nombre que viene a la mente es Salvador Dalí. Es innegable que el pintor español logró mostrar realidades y paisajes surreales que se infiltran en lo más profundo de tu mente. Ya sean los colores, composición, objetos o personas retratadas con su pincel, Dalí logra que toda tu atención se centre en la pieza y te alejes de lo objetivo para poder entender sus diferentes pinturas. Sin embargo, es muy importante mencionar a otra gran artista cuya obra pasa casi desapercibida comparada con la de Dalí (al menos en Europa). Esta artista es Remedios Varo. La pintora española naturalizada mexicana cuenta con obras que exponen mundos complejos que sobrepasan lo que conocemos como real. Lo que hace a Remedios Varo diferente es que, a pesar de pertenecer al movimiento surrealista, no estaba de acuerdo en cómo se representaba a la mujer en las obras de Dalí y Bellmer.
Para Varo las obras de estos artistas muestran a las mujeres como objetos sexuales y de deseo que se encuentran al servicio del sexo masculino, por eso representó universos en los que no existe la objetificación de las mujeres Las figuras humanas de Varo van más allá de la clasificación de sexo. Para ella la distinción de géneros en sus obras tenía poca importancia, pues su intención es narrar una historia mezclando elementos místicos y sobrenaturales, alejados del imaginario patriarcal.
Marisol Escobar (pop art)
Si de pop art se trata es imposible no mencionar a Andy Warhol, el artista norteamericano que logró deshacerse del expresionismo para mostrar lo mundano. El arte de Warhol se reconoce mundialmente por la “repetición” de elementos consumidos en masa. Sus coloridas obras mostraban la frivolidad de un mundo cada vez más globalizado. Logró convertir elementos como una simple lata de sopa en íconos de un movimiento reconocido en todo el mundo. A este movimiento también perteneció la artista de origen venezolano Marisol Escobar, quien encontró una gran inspiración en Warhol. Sin embargo, sus obras únicas son la que logran diferenciarla del artista estadounidense. Contrario de Warhol, Marisol era una escultora cuyas piezas iban más allá del consumo en masa. Por ejemplo en su obra Dust Bowl Migrants nos muestra su interpretación del sufrimiento humano, y en su interpretación de La última cena, un tributo a uno de sus artistas favoritos, Leonardo Da Vinci.
Gracias a estas mujeres existe un mundo de arte donde la voz femenina se ha ido levantando. Actualmente la lucha para una sociedad igualitaria sigue en pie, aunque todavía falta mucho para crear una sociedad inclusiva sin importar género, religión, preferencia sexual, raza, etc. Para ello todos podemos aprender una lección de la historia y admirar la belleza que evocan distintas obras de arte, ya sean hechas por mujeres o por hombres.
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Es increíble que a lo largo del tiempo las mujeres hayan tenido que demostrar que sus habilidades y aptitudes son perfectamente equiparables, o incluso superan, a las de los hombres. La historia siempre lo demuestra.